Los dos hermanos hijos de Adán y Eva ofrendaron al Eterno. La de Abel fue acogida y la de Caín fue rechazada. Por qué esta diferencia?
Mucho se ha escrito sobre esta cuestión, pero recordarla nos llevará a entender como son las decisiones de Dios. Todo está relacionado con lo que tenemos en el corazón.
Siempre recordamos a las personas que en el momento de la ofrenda en un culto, echan cuentas para saber cuánto dejarán, pensando siempre en los días venideros de la semana y en sus necesidades.
Esta simple explicación nos remitiría al fondo del tema. Abel dio con obediencia y seguramente con alegría lo que sabía que debía dar, lo mejor de su ganado.
Caín se limitó a cumplir con lo que debía hacer, pero hubo algunas cosas en su actitud que a Dios no le agradaron: Entre otras su escasa disposición a escoger lo mejor del campo para presentar ante Él.
Así ocurre con nuestras ofrendas. Pensamos que muchas veces es mejor que no dejemos nada, en lugar de estar haciendo cuentas con el Señor. Acaso lo que tenemos no es lo que Él nos ha provisto?
Estamos dando de lo que el propio Dios nos ha dado. No comprender esto, fue lo que llevó a Caín a convertirse en el primer asesino de la humanidad. Y con su propio hermano!
Génesis 4:5-7
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira
