Blog del TIEMPO!
Dos niños de Estados Unidos han brindado un maravilloso ejemplo de fraternidad y de respeto.
Uno de ellos le pidió a su madre que lo rapara y ante la pregunta de la razón, contestó: Para ser igual a mi amigo que también está rapado.
La historia solo se entiende agregando que uno de los chicos es blanco y el otro negro. Y la única diferencia que encontraron que había entre ellos, era solamente un corte de pelo.
En medio de tantos desencuentros y de comprobar cómo los hacedores de maldad parecen dominar el mundo, estos dos niños producen una reconfortante imagen de la condición superior de la especie.
Recordamos que Jesús dijo que de ellos es el Reino de los Cielos. Y podríamos agregar: De ellos y de los que a pesar de todo, tenemos un corazón de niños!
Diego Acosta