Hola.
Mañana decena de millones de alemanes se darán en nuevo gobierno en el ejercicio democrático de las elecciones generales. Una gran responsabilidad sobre la que todo el mundo está pendiente.
El liderazgo indiscutible que Alemania tiene sobre la vieja Europa la convierte en uno de los países que participa de las grandes decisiones en el mundo, de allí la importancia de la consulta de mañana.
Los dos grandes partidos podrían tener nuevamente la alternativa de formar una gran coalición de gobierno, si es que la canciller Angela Merkel no consigue formarlo con sus actuales socios del Partido Liberal.
Sería la segunda vez que la CDU, Democracia Cristiana Alemana y el SPD, los Socialistas Democráticos, convergirían en un gobierno para mantener el actual nivel de vida de sus ciudadanos y la importancia de su país.
Queda también como ejemplo la notable calidad democrática de la campaña donde prácticamente no hubo enfrentamientos que no fueran los normales, sin agravios ni agresiones personales.
También resulta ejemplar el cuidado de todos los partidos por respetar los lugares públicos de las grandes ciudades y de los pequeños pueblos, donde la publicidad se colocó solamente en pantallas portátiles.
Sin ánimo de simplificar las grandes cuestiones, resulta evidente que el hecho de que merezcan destacarse estas conductas individuales y colectivas de los partidos y sus dirigentes, califican su democracia.
Resulta evidente que cada país tiene sus singularidades entre las que obviamente se cuentan sus habitantes. El respeto resulta entonces una de sus grandes cualidades.
Los alemanes no dejan de reconocer el lugar que ocupan en el mundo y su voluntad de seguir creciendo y mantener su lugar relevante en la hora de las grandes decisiones.
Todo indica que la actual canciller Angela Merkel renovará su mandato en esa condición.
Esto hubiera significado gobernar por tres mandatos consecutivos, cosa que no está permitida por la norma no escrita de no ejercer durante más de dos períodos legislativos de cuatro años.
Por esta razón la señora Merkel ya anunció que al término de su tercer año como canciller renunciará al cargo, en un gesto lleno de simbolismo para no ejercer su mandato por el período de cuatro años. El fondo y las formas… deben coincidir. El gesto de esta hija de pastor evangélico y nacida en la zona comunista de su país, no deja de ser también ejemplar.
Gestos que nos deben hacer reflexionar como personas y como ciudadanos. Y todo esto ocurre en el país donde el Eterno dispuso que se iniciara la grandiosa tarea de renovar su Iglesia, con la Reforma que encabezó Martín Lutero.
Gracias y bendiciones.
Diego Acosta García