Hola.
Un amigo luego de recorrer durante varios días la capital de Alemania me comentó que había tenido la sensación de haber caminado por parte de la historia reciente del mundo.
Esa es la misma percepción que tenemos de la capital. Berlín es una impresionante muestra del poder desde un extremo, pasando por el poder al otro extremo, hasta llegar a la democracia de nuestros días.
Un ejemplo: Volviendo por la autopista de Hannover, a la entrada de Berlín se conservan las enormes instalaciones que hizo el régimen comunista para controlar a quienes entraban o salían de la ciudad.
Desde la propia autobahn es bastante difícil de percibir las dimensiones de las instalaciones que se levantaron para impedir la fuga de los berlineses a la libertad.
Y el control que se ejercía sobre quienes ingresaban a la ciudad para conocer todos los detalles de su identidad, lugar de permanencia y todas las obsesivas preguntas de quienes no viven en libertad.
Pero junto a esa parte de la realidad en Berlín puede percibirse la anterior, la del régimen nazi que hasta llegó a imaginarse una nueva capital dentro de la propia capital: Germania.
En el medio de los dos extremos las consecuencias de la guerra también tienen su testimonio, por lo que vivir en la ciudad o visitarla con un cierto detallismo es un impresionante ingreso a la historia de las últimas decenas de años en el mundo.
En estos días se disfruta de una libertad asombrosa para los alemanes por sus alcances y magnífica para quienes son visitantes y tremendamente impactante para quienes la disfrutamos en el diario vivir.
Tenía razón mi amigo al declarar su impresión por lo visto en Berlín, aunque sin duda se hubiera impresionado aún más si hubiera tenido el tiempo necesario para conocer el asombroso nivel cultural de la que es, sin dudas, la capital de Europa.
Gracias y bendiciones!
Diego Acosta García
Foto: Federico Acosta – www.efedeaphotos.wordpress.com
