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Mañana comienza oficialmente una nueva edición de la IFA – Internationale Funkausstellung Berlin – Feria de Muestras Internacional de la Radiodifusión de Berlín, que se inició en 1926.
Esta muestra está considerada como la más importante de Europa y una 
de las dos más relevantes del mundo, por lo que bien puede decirse que estamos ante un evento global.
Especialistas de todo el planeta se encuentran ya en la capital de Alemania para asistir a la que se espera sea todo un acontecimiento en el mundo de la alta tecnología.
Los 1.493 expositores participantes constituyen un nuevo record para la Muestra que espera batir también todos los records de público, procedentes de muchos países del mundo.
En los alrededores de la Messe de Berlín se percibe desde hace ya varios días el ambiente de que algo notable está por ocurrir, oficialmente a partir de mañana 6 de Septiembre.
Alguien se podrá preguntar el por qué de todas estas consideraciones? Y razón que tiene porque el objeto de enumerar la trascendencia de la IFA no tiene otro propósito que el de orar por los organizadores, los participantes y los asistentes.
En qué sentido? En el sentido de no convertir a
la alta tecnología en un objeto de idolatría y por el contrario valorarla en su verdadera dimensión y en el impacto que provoca en la sociedad global.
Mencionamos la IFA como una nueva oportunidad que tenemos los creyentes de orar por quienes están involucrados en estas actividades, para que comprendan que por encima de la tecnología está un Ser Superior.
Esta es nuestra gran responsabilidad frente a la IFA, lo que no significa ignorarla ni mucho menos condenarla. Es bueno destacarla por los indudables valores que tiene y también para que no caigamos en la tentación de endiosarla.
El profeta Daniel profetizó hace alrededor de 2.600 años que en el final de los tiempos la tecnología y el desarrollo de la ciencia alcanzarían niveles nunca vistos.
Que es exactamente lo que está ocurriendo y quedará de manifiesto en la IFA. Por tanto exhortamos a que nos acompañen en oración para que la sociedad del final de los tiempos no haga de la tecnología otro objeto de idolatría.
Diego Acosta García.
