p5684

PREGUNTA

Tras asistir a una campaña evangelística una joven pareja preguntó: Si ustedes siguen tantas normas, como es que pueden decir que viven contentos con Jesús?

Se referían a que los evangelistas habían puesto énfasis en la necesidad de reconocer al Señor como el Salvador y seguir sus enseñanzas, para ser hombres y mujeres nuevos.

Las respuestas que recibieron fueron fruto del amor y la misericordia, pero lo cierto fue que ninguna de todas las precisiones aclararon las dudas de la pareja que se estaba alejando del lugar, interesados, pero confusos.

En ese momento una sabia mujer se les acercó y les preguntó: Como es la vida de ustedes? Ellos le dijeron que buena, como la de todo el mundo, con problemas y alegrías.

Pero ella insistió: Sí, pero como viven, tienen tranquilidad o la vida los agobia? Esta pregunta desató la locuacidad de la pareja, quienes reconocieron sus angustias y también sus inquietudes.

La evangelista les comentó que los comprendía, porque así había sido su vida hasta que aceptó a Jesús: Alegrías pocas, situaciones difíciles muchas y las inquietudes mayores todavía.

Los jóvenes captaron el testimonio y entonces reconocieron que Jesús era lo que precisaban para sus vidas. No para que les resolviera los problemas, sino por la paz que necesitarían en medio de cualquier situación!

Juan 14:27
Diego Acosta García
Música: Neide Ferreira

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p5681

PERTURBADOR

El Libro de Job tiene la singularidad de ser para muchos creyentes poco agradable de leer, porque incomoda por muchas razones.

El Libro nos coloca ante la dura realidad de que debemos de afrontar pruebas, algunas de ellas tan tremendas como las que debió asumir su protagonista.

También nos enfrenta a la actitud de nuestros amigos o de nuestros compañeros de creencia y sus reflexiones, no siempre misericordiosas y no siempre amorosas.

Incluso Job debió escuchar la voz de su mujer que lo alentaba a dejar su integridad y maldecir a Dios y a que se muriera a continuación. Es evidente que esta parte de la lectura del Libro no es grata y sí perturbadora.

Pero, nos preguntamos: Acaso no es real? Por qué nos molesta tanto la realidad? Será porque vivimos en una burbuja que nos aleja de los problemas y las situaciones que no queremos ver?

Job a pesar de todas las calamidades que ocurrieron en su vida y de las quejas que expuso ante Dios, siempre confió en que Él lo terminaría justificando, a pesar del juicio de sus amigos.

Tal vez quienes tienen recelo a leer el Libro de Job, deberían aprender que la vida no es como se la proclama en algunos púlpitos. Y la restauración sí es más grande que las teologías humanas.

Job 3:9-10
Diego Acosta García
Música: Neide Ferreira

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p5670

DESCUIDO


En un descuido de sus padres un niño dejó caer unas miguitas de pan en la Biblia familiar. Cuando los mayores advirtieron lo que había pasado, lo reprendieron duramente.

Le hicieron notar que había ensuciado, que había mancillado la Palabra de Dios y que debía de tener más cuidado en lo que hacía y completaron sus reproches con un castigo.

Este caso nos causó una gran impresión. Cabe preguntarse? Donde está el amor y la misericordia de este hombre y de esta mujer? Como es posible que se lleguen a estos extremos en el cuidado de una Biblia?

En realidad el niño ensució el Libro pero de ninguna manera había mancillado la Palabra de Dios. No es con unas miguitas como se puede afectar el Texto Sagrado.

No es esta una forma de idolatría? No es idolatría llevar a estos extremos el cuidado de la Biblia? Acaso un descuido infantil puede causarle algún daño a las palabras del Eterno?

Y el niño que habrá pensado de lo ocurrido? Y donde estaba el amor sobre el que le enseñaron en la escuela dominical? Y donde estaba el amor de Cristo por los niños?

Cuidemos nuestras actitudes, porque pueden afectar gravemente a quienes las reciben. Tampoco caigamos en la idolatría hacia un Libro que es solo la  representación material de la Palabra de Dios.

Juan 5:20-21
Diego Acosta García
Música: Neide Ferreira

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p5664

MENTIRILLA

Un conocido se defendía por haber dicho una mentira, argumentando que en realidad no era más que una mentirilla. Por tanto había que olvidar el hecho y no darle más importancia.

Lo notable del caso es que la mayoría de quienes escucharon estas palabras las aceptaron, dando por bueno el razonamiento ya que al fin y al cabo todo el mundo dice mentiras y mentirillas.

Nos llamó poderosamente la atención con qué facilidad en el mundo justificamos todo, aceptamos todo y damos lo malo por bueno con una ligereza impresionante.

El conocido de la historia, digamos que  fue absuelto casi por unanimidad por quienes escucharon su declaración, porque probablemente todos seguirían mintiendo en el futuro para luego justificarse de la misma manera.

Una mentirilla es una mentira. Es como un robo: robar un euro es lo mismo que robar un millón de euros. Alguien podrá argumentar que las cantidades son diferentes y tendrá razón.

En lo que no tendrá razón es en lo que concierne a la actitud de robar, sea poco o sea mucho. Esa es la cuestión. No quedaremos absueltos si robamos un euro, justificando que no era un millón…

Las normas de vida del Eterno son difíciles de cumplir porque tienen la Santidad de su Creador. La mentira, grande o pequeña siempre causará daño, empezando por nosotros mismos!

Éxodo 23:7
Diego Acosta García
Música: Neide Ferreiraç

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p5656

TERQUEDAD

La mayoría de nosotros tal vez conozca a alguna persona que se precia de su terquedad, que se afana de ser dura de entender y dura de aprender aunque esté equivocada.

La Palabra de Dios en su infinita Sabiduría nos deja reflexiones que nos deben animar a no dejar de perseverar para buscar el buen Camino y evitar los desvíos y los atajos.

Por eso se nos enseña que no tenemos necesidad de ser uncidos o atados como los caballos y los mulos, por su falta de entendimiento. Se nos ha concedido la razón para que nos comportemos de otra manera.

Quienes deben ser uncidos como los caballos y los mulos, alegóricamente, deben ser sujetados con cabestro y freno, porque por sí mismos son incapaces de obedecer.

Podríamos decir como en Proverbios que la maldición nunca llegará sin causa, así como la vara estará dirigida a la espalda del necio y más aún cuando se vanagloria de su propia necedad.

Cuántos sinsabores, problemas y situaciones graves podríamos habernos evitado si hubiéramos sido capaces de abandonar nuestra terquedad, que se termina convirtiendo en pecado.

Rompamos con el pasado y con nuestra propia forma de ser, para liberarnos de la atadura de la terquedad, para que no persistamos en ser necios y alejarnos cada vez más del Señor.

Salmos 32:32:8-9

Diego Acosta García
Música: Neide Ferreira

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p5651

CREACIÓN

En los tiempos difíciles en que vivimos es bueno reflexionar acerca de algunas cuestiones muy serias que tienen que ver con nuestra condición de seres humanos.

Dios creó al hombre y cuando lo vio solo decidió darle la ayuda idónea y fue así como creó a la mujer. A cada uno le dio sus características y tan importante como eso, su rol específico.

La mujer, sometida al hombre para que no busque ser cabeza de la familia y al hombre le impartió normas clarísimas acerca de cómo debería ser su comportamiento y cuidado con su esposa.

Pero que está ocurriendo? Por llegar al caso extremo, mencionamos a las mujeres que buscan tener hijos utilizando los métodos científicos.

Se convierten en madres sin varón y sin tener en cuenta lo que Dios estableció para la especie humana. Son las únicas que obran de esta manera?

Desde luego que no. Es la propia sociedad en su conjunto la que obra en rebeldía contra el Eterno, procreando sin casarse, facilitando el divorcio, exculpando el adulterio, igualando el matrimonio entre homosexuales.

Recuperemos el rol que cada hombre y que cada mujer debe desempeñar, ayudando a quién no lo sabe ocupar o a quién no lo quiere ocupar. Solamente así volveremos al equilibrio del orden del Eterno.

Efesios 5:22-25
Diego Acosta García

Música: Neide Ferreira

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p5647

ERROR

Un maestro explicaba a sus pequeños alumnos que los cuerpos pesados se hundían en el agua. Un niño fue a su casa y le repitió lo que había aprendido a su padre.

Para su sorpresa, el padre le dijo que el maestro se había equivocado, porque no todos los cuerpos se hunden en el agua. Y le dijo: Recuérdale a tu maestro el caso del Mar Muerto.

Esto fue lo que hizo el niño y el docente no pudo evitar una sonrisa de perplejidad porque se había olvidado lo del Mar Muerto y ahora quedaba evidenciado su error.

Esta simple historia revela como los hombres nos podemos equivocar en cualquier momento y en cualquier tema, por grande que sea el conocimiento que tengamos.

El caso del maestro es también el caso de muchos de nosotros que pensamos que estamos en poder de la verdad en todo lo que decimos, olvidando que no somos más que seres humanos.

Por esta razón la Biblia nos advierte que Dios confunde a los sabios, a los petulantes, a los hombres y mujeres que alardean de sus conocimientos y hacen a menos a quienes no los tienen en su medida.

Seamos sabios y comprendamos que de nuestros propios errores podemos aprender y de nuestros errores también podemos sacar una gran lección sobre un tema fundamental: La humildad.

Proverbios 15:31
Diego Acosta García

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Música: Neide Ferreira

p5640

AGRESORES


Todos sabemos del peligro de las armas porque son las que se utilizan en las guerras y también en los enfrentamientos entre los hombres cuando sus intereses los separan.

La Palabra de Dios nos advierte contra el uso de las armas de una manera explícita y también nos advierte acerca de nuestras intenciones cuando hablamos mal de una persona.

Este caso es más grave aún cuando además de hablar mal, empleamos argumentos que están reñidos con la verdad y entonces se convierte en falso testimonio.

Por qué somos advertidos sobre esta cuestión? Por su indudable peligro para la vida de las personas. Así como las armas lo son para el cuerpo, el falso testimonio es malo para la dignidad de cada uno.

En realidad se trata de la unión de una falsedad que ha sido elaborada por nuestra mente para causar daño, junto con el testimonio. Es decir hemos utilizado la premeditación para hacer el mal.

Con esa herramienta que hemos creado hablamos mal del prójimo, sobre el que la mayoría de las personas no tienen razones para dudar porque se trata de eso, de un testimonio, de nuestro testimonio.

Obrando de esta manera es como si usáramos un arma! La Biblia nos manda ser pacificadores no agresores. El falso testimonio es una indignidad que finalmente se volverá contra nosotros mismos!

Proverbios 25:18
Diego Acosta García

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Música: Neide Ferreira

p5609

70

Cuántas veces debemos perdonar? Esta era la pregunta que se hacía Pedro y que presentó delante de Jesús, para que le resolviera la inquietud que tenía sobre el tema.

Es también la pregunta que muchas veces nos hacemos nosotros mismos con relación a los demás, pero es una cuestión que planteamos siempre a nuestro favor.

Cuando se trata de buscar el perdón de los demás, esperamos que ellos sean magnánimos con nuestras faltas, pero cuando se trata de la situación contraria somos mezquinos con nuestras actitudes.

Esta es la contradicción en la que vivimos los humanos, por eso Jesús nos dejó su Shalom, su equilibrio para que aprendamos a vivir buscando siempre la Justicia.

No sería justo esperar que los demás sean magnánimos con todos nuestros fallos y nosotros ser extremadamente rigurosos en la administración de nuestro perdón con relación a ellos.

Cuando estemos en la situación en la que debamos pedir perdón o que debamos admitir el pedido de perdón del prójimo, recordemos siempre que debemos medir con la misma vara.

En un orden superior estamos advertidos que así como nos comportemos del mismo modo obrará el Señor con nosotros. Cuando tengamos que perdonar seamos generosos, porque un día nosotros también precisaremos de misericordia.

Mateo 18:22
Diego Acosta García

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p5596

ANIVERSARIO

Preparando la reunión para festejar un significativo cumpleaños de la abuela, la madre hablaba con su hija menor explicándole lo importante que era haber llegado a tantos años de vida.

La niña escuchaba con interés y dijo: Pero si la abuela es una viejita! La madre la miró sonriente y le contestó que sí, que la abuela era una viejita y que eso era muy bueno.

La niña insistió: Pero si está toda arrugadita, no escucha bien y a veces se olvida de las cosas que le digo. Claro, le dijo la madre, eso nos ocurrirá a todos cuando lleguemos más o menos a su edad.

La pequeña se puso muy seria diciendo: Entonces yo no quiero llegar a vieja como la abuela. Me gustaría ser una niña sin arrugas y con el pelo castaño  como tengo ahora.

Eso te podrá gustar, pero los hombres y las mujeres a medida que crecemos vamos teniendo etapas, somos padres y tenemos hijos como tú y tenemos una madre mayor como tu abuela.

Si mamá, eso es lo que nos enseñaron en la escuela dominical: Que nacemos y vivimos como todas las personas, pero lo más importante es que tengamos a Jesús, como la abuela.

Juan 3:36
Diego Acosta García

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