LA OTRA HISTORIA / 1
PEDRO
Podríamos afirmar que hemos sido injustos con el pescador de Galilea, al recordarlo solamente por sus tres negaciones a Jesús.
Su carácter impulsivo no es razón suficiente para juzgar su innegable aceptación de lo que representaba el Hijo del Hombre.
Fue así como lo siguió, junto con su hermano Andrés, tras el llamado de Jesús de que los haría pescadores de hombres, Mateo 4:18-19. De esta manera Simón llamado Pedro fue junto con su hermano Andrés y otros dos hermanos pescadores Jacobo, hijo de Zebedeo y Juan, los cuatro primeros hombres que siguieron a Jesús abandonando su trabajo en el Mar de Galilea.
Pedro tampoco dudó cuando Jesús sanó a su suegra que estaba postrada en su cama aquejada de fuerte fiebre, Mateo 8:14-15, Marcos 1:29-34, Lucas 4:38-41.
El Apóstol luego fue protagonista, cuando Jesús se les apareció a quienes iban en la barca caminando sobre las aguas, pidiéndoles que no temieran.
Pedro le respondió que si era Él, lo mandara a que caminara sobre las aguas, caminó, pero tuvo miedo y reclamó la ayuda del Salvador. Jesús entonces le recriminó su poca fe, Mateo 14:22-33, Marcos 6:45-52, Juan 6:15-21.
El pescador de Galilea es nuevamente protagonista al identificar a Jesús: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Jesús lo declaró bienaventurado por la revelación que había recibido del Padre. Y Jesús le dijo que él era Pedro y que sobre esa roca edificaré mi iglesia. También el discípulo tendría las llaves del reino de los cielos, para que atara y desatara tanto en la tierra como en los cielos, Mateo 16:13-20, Marcos 8:27-30, Lucas 9:18-21.
Jesús anunció que debía ir a Jerusalén para ser muerto y resucitar al tercer día. El pescador habló aparte con Jesús y le pidió que tuviera compasión de sí mismo, para que lo anunciado no aconteciera. El Hijo del Hombre, lo reconvino severamente al mandarle que se apartara delante de ÉL, llamándolo Satanás y diciéndole que le era de tropiezo, por poner sus ojos en las cosas de los hombres y no en las cosas del Padre, Mateo 16:21-23, Marcos 8:31-33.
La Biblia detalla como en Capernaúm al acercarse a Pedro quienes cobraban los impuestos para el Templo, le preguntó a Jesús, si debía pagarlos. Jesús le dijo que no había que ofenderlos y que pescara un pez y que dentro de su boca hallaría una moneda para pagar el impuesto, Mateo 17:24-31.
Más tarde Jesús anunció la negación de Pedro, pero él declaró que aunque tuviera que morir con ÉL, no lo negaría. Y lo mismo hicieron los discípulos, Mateo 26:3035, Marcos 14:26-31, Lucas 22:31-34, Juan 13:36-38.
Pedro junto a los dos hijos de Zebedeo, recibieron la indicación de Jesús que velaran mientras ÉL oraba, pero se durmieron las dos veces que se los demandó. Entonces Jesús les dijo que había llegado el momento de ser entregado en mano de los pecadores, Mateo 26:36-46, Marcos 14:32-42, Lucas 22:39-46.
Aconteció luego lo que la mayoría de nosotros recordamos, la dolorosa negación de Pedro y su amargo llanto, Mateo 26:69-75, Marcos 14:66-72, Lucas 22:55-62, Juan 18:15-18, 25-27.
Pedro es informado de la Resurrección de Jesús, Mateo 28:1-10, Marcos 16:1-8, Lucas 24:1-12, Juan 20:1-10.
Jesús se aparece a siete de sus discípulos, entre los que se encontraba Pedro, Juan 21:1-14. Jesús lo convoca para que apacentara a sus ovejas, Juan 21:15-19.
El Apóstol le pregunta a Jesús Resucitado: Y qué de este? Juan 21:20-23.
Pedro participó activamente en la elección del reemplazante de Judas, para seguir siendo doce losdiscípulos, Hechos 1:12-26.
El hombre que había negado a Jesús, lleno del Espíritu pronuncia su primer discurso: Hechos 2:14-41. El pescador junto con Juan, sana a un cojo, Hechos 3:1-8.
Pedro pronuncia su segundo discurso a los judíos, Hechos 3:11-26. Pedro y Juan son llevados ante el Concilio por haber sanado al cojo, Hechos 4:1:22.
Pedro habla a los nuevos creyentes, luego de haber sido liberado por el Concilio 4:23:31. El Apóstol interviene en el caso de Ananías y su mujer, Hechos 5:1-11.
Los nuevos creyentes sacaban a la calle a sus enfermos, para que por la sola presencia de Pedro se sanaran, Hechos 5:14-16.
Pedro y Juan son perseguidos y llevados nuevamente al Concilio por seguir predicando el Evangelio, son azotados y liberados, Hechos 5:17:42.
Pedro y Juan predican el Evangelio en Samaria y les ofrecen dinero para tener el poder de imposición de manos, Hechos 8:18-25.
El Apóstol visita la casa del centurión Cornelio y pronuncia un nuevo discurso, Hechos 10:1-48. Pedro informa a la iglesia de Jerusalén sobre sus actividades, Hechos 11:1-18.
Herodes mató a Jacobo hermano de Juan y envió a Pedro a la cárcel. Pero de modo sobrenatural un ángel lo libera, Hechos 12: 1-19.
El Apóstol nos dejó dos Epístolas. En la Primera nos alienta a ser ejemplares y a perseverar en la fe. En la Segunda nos advierte acerca de los falsos profetas y nos recuerda que el tiempo no tiene el mismo valor para los hombres que para Dios.
Podemos seguir recordando a Pedro, solo por haber negado tres veces a Jesús?
Diego Acosta