CONGREGACIÓN del SÉPTIMO MILENIO

salmaPOLÍTICA Y ESPERANZA

Hace casi 17 años que estoy fuera de mi país, Brasil, nunca he votado en mi vida y este año por primera vez, la política me preocupa.
Sin mucha información ni mucho conocimiento para tener una opinión, advierto un sentimiento de injusticia por uno de los partidos, porque que roban y al mismo tiempo algo bueno han hecho. Pero en otro partido se advierte una esperanza de cambio, de algo nuevo.
En el medio, con muchos sentimientos me vienen a mi corazón una mezcla de canciones, pasajes bíblicos, diciendo: En ningún pasaje de la Biblia dice que las cosas van a mejorar.
Es el fin de los tiempos, por eso arrepiéntete y acepta a Jesús como tu Salvador. Él si ha hecho algo increíble por todos nosotros.
Lo más importante todavía está por venir. La Biblia dice que en el mundo tendremos aflicciones y no un mar de rosas o ningún tipo de mejora. Mientras estemos en la tierra, digamos a todos, lo grande que es nuestro Dios, porque Él venció al mundo injusto y por eso podemos creer que hay un mañana!

Salma Ferreira-Alfeo – Francia

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SÉTIMO MILÊNIO

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 SÉTIMO MILÊNIO

 

BogoMil

A MORTE

Com a morte, uma das mais profundas realidades da vida, dificilmente nos habituamos.

Para muitos a morte é o fim, não há nada mais a fazer.

Embora muitas pessoas pensem que não há mais nada após a morte, Jesus é a solução até mesmo para a própria morte.

Portanto, os que se perturbam nos momentos de luto e de dor precisam saber que a morte não é o fim.

Se cremos em Cristo, sabemos que o fim da vida aqui na terra é apenas uma transição para uma existência incomparavelmente melhor – a eternidade com Deus.

Disse Jesus:

«Eu sou a ressurreição e a vida.
Aquele que crê em mim, ainda que morra, viverá; e quem vive e crê em mim, não morrerá eternamente»
(S. João 11.25 e 26a).

Bogomil Blumenthal – Silvia Truffi – Brasil

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 gilabert

LA DISCIPLINA INEFICAZ

Es suficiente para tal persona este castigo que le fue impuesto por la mayoría; así que, por el contrario, vosotros más bien deberíais perdonarlo y consolarlo, no sea que en alguna manera este sea abrumado por tanta tristeza. Por lo cual os ruego que reafirméis vuestro amor hacia él. 2 Corintios 2.6–8 (LBLA)

En la iglesia en Corinto había una persona que había caído en pecado. Por una decisión de la mayoría de la congregación, la persona fue disciplinada. Ahora, sin embargo, se hace necesario que Pablo corrija la severidad en el trato que había recibido esta persona. La razón es que toda corrección tiene como objetivo restaurar al caído y ayudarlo a volver a caminar en santidad con el Señor.
Existe en nosotros, sin embargo, la tendencia de acompañar nuestros esfuerzos por disciplinar con una buena dósis de ira o rencor. ¿Cuántas veces, como padres, hemos sido excesivamente duros con nuestros hijos, porque no actuamos en el momento indicado? Nuestra paciencia no fue paciencia sino negligencia, y permitió que se acumularan sentimientos de fastidio y rabia. Cuando llegó el momento de corregir, lo usamos también para descargar todo nuestro disgusto sobre nuestro hijo. La presencia de estos elementos anula el beneficio de la disciplina porque utiliza un espíritu incorrecto.
De la misma manera, dentro de la iglesia la disciplina frecuentemente es prolongada por un espíritu de dureza hacia el infractor. Se le somete a humillaciones innecesarias y muchos optan por tener el menor contacto posible con esa persona. No obstante, la disciplina es una experiencia sumamente positiva para la vida de los que anhelan mayor crecimiento espiritual. Por medio de ella podemos ser corregidos y encaminados correctamente. También debemos admitir que es algo sumamente desagradable. Nos sentimos agredidos y nuestro orgullo inmediatamente comienza a demandar algún tipo de retribución. Caemos en un estado general de tristeza y desconsuelo que, de prolongarse, podría tener repercusiones serias para nuestra vida espiritual. Sabiendo esto, el apóstol Pablo anima a los hermanos a que no «abrumen» con demasiada tristeza a la persona disciplinada. El deseo es que la persona no sea enterrada y hundida por la acción de sus hermanos, porque la disciplina perdería su sentido.
En lugar de esto Pablo los anima a que «reafirmen su amor» hacia el caído. Esta exhortación recalca una de las grandes verdades del Reino de Dios. El poder que más transforma la vida de otros es el que proviene del amor. La disciplina corrige, pero es el amor el que cala hondo en el corazón y lo abre a las experiencias más espirituales. Por esta razón, Cristo se apresuró a reafirmar su amor hacia Pedro, luego de que este le negara tres veces. El amor incondicional en el acto de Jesús encaminó definitivamente al apóstol en el ministerio que se le había encomendado.

Pr. José Gilabert – España

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AVIVAMENTO OU REFORMA?

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AVIVAMENTO OU REFORMA??????

Hoje o mundo comemora o dia da reforma.
Estava meditando sobre isso…
Tenho orado por um avivamento na igreja brasileira. Os que me conhecem sabem disso com certeza… Mas, pensando bem e converArletesando com o Senhor, cheguei à conclusão que o que precisamos no momento é de uma boa reforma…
Me lembrei da reforma nos dias do rei Josias… (leia II REIS, de 22 A 24).
Para a reforma de uma casa, é necessário tirar para fora todos os móveis que ali foram colocados, e deixar a casa vazia para estudar a estrutura e ver se ela aguenta uma reforma como convém…
A Igreja no Brasil já passou um tremendo avivamento nos anos 60, que trouxe o fogo do Espírito Santo ao altar, mas, com o tempo, muita coisa foi trazida do mundo para dentro da Igreja, que necessita urgentemente, ser tirada para fora e ser queimada para a purificação da mesma…
O fogo do Espírito Santo não convive com as práticas mundanas da igreja atual. É necessário que se levantem «Luteros», que com muita coragem e valor, enfrentem os tribunais estabelecidos por homens, para trazer uma verdadeira reforma à Igreja, noiva de Cristo…
Lutero enfrentou as autoridades da época, e sofreu as consequências de tal ato…
Onde estão os «Luteros» que, nos dias de hoje, se levantarão e arregaçando as mangas, comecem a jogar fora tudo aquilo que contaminou a «casa do Senhor»????
Haverá alguém valente para tal obra?
Voltar à leitura da palavra, como ela está escrita…
Foi este o desejo de Lutero, quando ele traduziu ao alemão a Bíblia…que todo povo conhecesse a palavra de Deus!!!
Vinde voltemos ao Senhor, como a alva será a sua saída!!!!

Pra. Arlete Batista Ferreira – Brasil

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¿Quién sería yo?

Leyendo el Libro de Mateo he sentido como nunca una gran tristeza. Jesús no desperdició ni un solo momento. Él pasaba de una orilla a la otra, de una ciudad a otra ciudad, de una casa a otralourdes, de un milagro a una liberación. Así fue completando su tiempo de ministerio en ésta tierra, sin dejar de predicar, de enseñar y de formar a los discípulos que tendrían que realizar la Gran Comisión, además realizando milagros y prodigios.
Fueron muchos los ojos que lo vieron, muchos los que buscaron su favor, otros le siguieron, todos querían ver quién era el que hacía tales cosas. Unos se maravillaban y otros le criticaban, le juzgaban e intentaban encontrar una excusa para poder prenderle.
Muchos que recibieron sanidad se fueron y no sabemos qué pasó con ellos, algunos volvieron a agradecerle, otros quisieron quedarse con Él, otros se fueron testificando de lo que había hecho con ellos.
Llega un momento en el que Él comienza a preparar a los suyos para la separación, sabe que tiene que partir y que van a sufrir, pero ellos no lo entienden y así comienzan las últimas horas más terribles que pueda vivir una persona. Jesús sabía que iba a ser entregado, más bien, vendido por unas pocas monedas y por uno que había caminado a su lado y que otro de los suyos le iba a negar. Fue maltratado, azotado, escupido, crucificado, todo, en la más absoluta soledad.
¿Donde estaban todos los que habían sido sanados, liberados, los que habían sido alimentados de forma milagrosa? Donde se encontraban los que corrían a escuchar sus enseñanzas? Estaba solo. Lo único que Él había preparado para ese momento fue su corazón. Antes de ser apresado se refugió en los brazos del Padre y postrado oró: ¡Padre mío si no puede pasar de mi ésta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad! Sabía que las próximas horas serían críticas.
Algunos ante estas escenas siempre culpan a los mismos, pero yo no puedo dejar de pensar: Quién habría sido yo? Podría haber sido el que le entregó con un beso, podría ser el que le negó, quizás el soldado que le prendió, sería uno de los que gritaba: ¡que le crucifiquen, que le crucifiquen! También podría ser el soldado que le acercó el vinagre para mojar sus labios…¿Quién sería yo?
¿Donde estaban todos los que habían visto todo lo que Él hizo y decían que era el Mesías? ¿Es posible que solo se escucharan las voces de los que le condenaban y que nadie le defendiera? Si, ya lo sé, ese era el plan. Tenía que ocurrir así para que yo pueda hoy decir que su sangre me compró y que soy salva, pero no dejo de pensar que hay muchos hoy que después de haber recibido el milagro, de haber gozado de su favor, de nuevo le venden, le vuelven a subir a la cruz.

Siento que la historia se repite demasiado a menudo.

Lourdes Díaz – España

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ponceEL RIO DE DIOS

SI CORRE DE TU INTERIOR, LIMPIARÁ A OTROS TAMBIEN!

Juan 7:38

El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

ESTA PROMESA DE DIOS, ES PARA VIVIRLA CON PLENA CONVICCIÒN DE QUE ASI SERA!
SER MANANTIAL DE AGUA PARA AQUELLOS QUE ESTÁN SEDIENTOS DE JUSTICIA Y DE VERDAD, PARA CORAZONES DESCONSOLADOS QUE NO ENCUENTRAN PAZ.

SOLO DIOS TIENE LA RESPUESTA A TODAS SUS NECESIDADES.

POR ESO, QUE IMPORTANTE ES DEJAR FLUIR ESE RÍO QUE ESTA EN UNO Y DAR VIDA DONDE NO LA HAY! EL RÍO DE DIOS!

PORQUE EL AGUA ESTANCADA SABEMOS QUE PRODUCE MAL OLOR, DEJEMOS SALIR ESE RÍO DE NUESTRO INTERIOR Y LO COMPARTAMOLOS, PARA QUE TODOS PUEDAN ENTRAR, AL ESTANQUE DE “BESTEDA»

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

Pr. Hugo Ponce – Argentina

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gilabertSEGUNDAS OPORTUNIDADES

Descendí a casa del alfarero, y hallé que él estaba trabajando en el torno. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en sus manos, pero él volvió a hacer otra vasija, según le pareció mejor hacerla. Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: “¿No podré yo hacer con vosotros como este alfarero, casa de Israel?, dice Jehová. Como el barro en manos del alfarero, así sois vosotros en mis manos, casa de Israel». Jeremías 18.3–6
El Señor deseaba hacer una declaración acerca de su trato con Israel. En lugar de simplemente enunciar el principio, mandó al profeta a que descendiera a la casa del alfarero para observarlo mientras trabajaba. Jeremías obedeció y comenzó a mirar al artesano. Con la destreza natural de quienes trabajan todos los días en el mismo oficio, el hombre tomó una masa de barro y la colocó sobre la rueda, para luego hacerla girar. Remojando continuamente sus manos en agua, fue lentamente trabajando el barro, hasta que comenzó a surgir la forma de una vasija. Habiendo acabado con la forma externa, comenzó a vaciar el interior. En un momento, sin embargo, se derrumbó el costado de la vasija. Con paciencia, el alfarero tomó lo que quedaba de su trabajo, lo amasó de nuevo y comenzó otra vez a darle forma.
En ese momento, el Señor le habló al profeta: «Así hago también con la obra de mis manos», le dijo. En un instante, Jeremías captó la esencia del espíritu perseverante que caracteriza a Dios, un Dios que no se da por vencido cuando las cosas se echan a perder. Al contrario, no desvía su intención de hacer algo útil del barro. Comienza otra vez a trabajar hasta que consigue lo que quiere.
Este principio sublime debe tener profundo significado para los que estamos sirviendo dentro del pueblo de Dios. En primer lugar, porque nos anima a creer que aún cuando cometemos los peores errores, siempre existe la oportunidad de volver a empezar. El hecho de que Moisés asesinara a un egipcio, no desvió el plan de Dios. El hecho que Elías huyera al desierto y pidiera la muerte, no llevó al Señor a abandonarlo y buscar otro profeta. El hecho de que Pedro negara tres veces a Cristo, no llevó al Señor a desechar al apóstol de la obra para la cual lo había llamado. En cada uno de estos casos, el alfarero divino simplemente tomó lo que quedaba de su obra original y le volvió a dar forma. Así también obra en nuestras vidas; él podrá redimir aun nuestras más graves faltas.
Esto debe animarnos también con las personas cercanas a nosotros (hijos, hermanos, discípulos). Muchas veces van a equivocar el camino. Nosotros nos sentiremos tentados a «tirar la toalla» con ellos. Pero el Señor nos recuerda que Él no desecha a nadie. Deberemos, por tanto, armarnos de la misma paciencia y bondad que el Señor para terminar la obra que se nos ha encomendado.

Pr. José Gilabert – España

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EL ABORTO ES ASESINATO

Son duras estas palabras ¿verdad? A ninguna mujer que se ha sometido a un aborto le gusta que le digan que es una asesina, en el fondo no queremos matar a nuestros bebés aún a pesar de que muchos luchen con uñas y dientes por conseguir una ley que ampare este acto.
Lo que pasa es que hay una mente perversa qulourdese quiere destruir al ser humano, una mente que desde el principio de la Creación ha tratado por todos los medios que entre los hombres haya enemistades, conflictos, contiendas y que también haya argumentos poderosos detrás de los cuales ocultarse para justificar nuestros actos. Una mujer que toma la decisión de abortar no piensa en el ser humano que está dentro de ella, piensa en el problema, en que no lo desea, en que no le viene bien, en que descubre una infidelidad, en que es el resultado de una violación o el resultado de una noche loca en la que mantuvo relaciones con alguien que no solo no ama sino que ni le conoce.
Pongámonos en el lado contrario, cuando una mujer se queda embarazada y ese embarazo es el fruto de una relación estable, fruto de un amor consolidado, algo que ha deseado, buscado. Desde el primer momento que sabe que hay vida en su vientre siente un amor inigualable, un amor como nunca ha sentido por nadie, un amor sereno, lleno de ternura, espera con entusiasmo que comience a moverse, acaricia su vientre, le habla, se cuida, prepara su ropita y todas las cosas que va a necesitar para la llegada de ese nuevo ser. Cuida su alimentación y se prepara para el encuentro con ese ser que ha guardado dentro de sí durante 9 meses, sueña como será su cara y cuando nace la primera preocupación es ¿todo está bien doctor?
Esa es la verdadera condición de la mujer, dar vida, solo en casos excepcionales he escuchado a mujeres decir que no tienen instinto maternal.
El aborto es antinatural, no está en el corazón del ser humano. Yo sé que una mujer no quiere asesinar, yo sé que un hombre tampoco quiere matar y mucho menos un médico, el verdadero asesino es Satanás, que ha conseguido inocular ese argumento mentiroso en los corazones.
¿Qué madre o que padre mata a un hijo? Cuando oímos una noticia sobre una madre que mató a su hijo al nacer nos horrorizamos, cuando oímos de un padre que golpeó a su bebé hasta matarle deseamos que caiga sobre el todo el peso de la ley ¿por qué buscamos excusas cuando se trata de un bebé no nacido?
Hasta los animales tienen quienes defienden su derecho a vivir, ¿por qué no somos más contundentes a la hora de defender la vida de un bebé que no ha nacido?
Solo Dios puede traer esa convicción de pecado a los corazones de las madres y padres, de los médicos, de los políticos de los legisladores y de toda ésta sociedad confundida; no dejemos de gritar, de manifestarnos, de denunciarlo, no dejemos a los no nacidos solos. Ellos no tienen voz pero nosotros sí, DALE UN NO ROTUNDO AL ABORTO.

Lourdes Díaz – España

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dar

NO TENGO NADA…

Generalmente cuando nos enfrentamos a la situación de tener que dar algo, rápidamente pensamos en el dinero. Como si fuera lo único que podemos dar…
Si verdaderamente careciéramos de dinero para dar como una ofrenda, por ejemplo o como una ayuda, nos quedamos un poco frustrados, porque a pesar de nuestras buenas intenciones no tenemos la posibilidad de materializarlas.
Por qué siempre pensamos en el dinero en el momento de ayudar?
Quizás porque es la forma más práctica y directa de expresar nuestra voluntad de participar de un acto generoso.
La formulación es muy simple: Si no tengo dinero, no puedo dar nada. Sin embargo en la Palabra de Dios tenemos una enseñanza específica muy aplicable a esta cuestión.
Es importante recalcar que la enseñanza la tenemos en la Biblia, para que comprendamos acabadamente la necesidad que tenemos de conocer los fundamentos de nuestra fe y el Libro que los contiene.
Muchas veces obraríamos de una manera diferente si fuéramos conocedores de la Palabra y si tuviéramos la decisión de aplicar en nuestra vida, lo que se nos revela como conocimiento de Dios para los hombres.
Recordamos el momento en que Pedro acompañado por Juan entraba sobre las tres de la tarde al Templo para participar del tiempo de oración, en la hora novena.
Un hombre cojo de nacimiento les pidió limosna y Pedro le dijo que no tenía nada para darle, refiriéndose al dinero. Pero luego le dio de lo que tenía.
Y que tenía Pedro?
Pedro tenía el Poder que había recibido de Jesús para que en su Santo Nombre pudieran ser sanados los enfermos. Y ese paralítico de nacimiento, estaba recibiendo por Gracia lo que Pedro había recibido por su fe en Cristo.
Esta es la gran enseñanza que debemos de tener en cuenta cada vez que tengamos que dar algo, porque está en nuestro corazón hacerlo. No hace falta pensar solamente en el dinero.
Tenemos el mismo poder que recibió Pedro, con la gran diferencia que el discípulo no tuvo miedo ni vergüenza de hacer uso de ese poder delegado.
Decimos miedo por no saber los resultados que podría tener su gesto y vergüenza para obrar en público con la firmeza que requería el momento.
Cuántos cojos podrían haber vuelto a andar si hubiéramos obrado como Pedro?
Aprendamos esta lección que Pedro puso en práctica en circunstancias especialmente difíciles para los seguidores de Jesús. Esos tiempos seguramente fueron más complicados que los nuestros.
No obstante cuando llegue el momento obremos con la misma firmeza de Pedro, como está recogido en el Libro de los Hechos, en el capítulo 3 a partir del versículo 4…
No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda!

Hagamos como Pedro, cuando llegue la hora obremos con su misma FE.

Diego Acosta – Alemania

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gilabertEL RENOVARSE ES UN TRABAJO DIARIO

Además de la experiencia inicial de haber aceptado al Señor JESUCRISTO, como nuestro Señor y Salvador, para mantener una vida pura, debemos, diariamente, por el Espíritu Santo, librarnos de todas las cosas ambientales que pueden entrar y contaminar nuestra nueva naturaleza en Cristo.
Debemos evitar entrar en la comodidad de que nuestra vida dependa únicamente de la asistencia a cultos, reuniones, convenciones, campañas… En un ocasión en una reunión con mucha Presencia del Señor, a la que llegué realmente cargado y ya casi sin fuerzas, desgastado en mi servicio a Dios, mientras le alabábamos, le pedí que me renovara, a lo que Él me hizo recordar el pasaje que decía que mi renovación espiritual no debe realizarse solamente en las actividades de iglesia, sino que ésta debe hacerse de “día en día”
“Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día” (2 Corintios 4:16).
La vida cristiana necesita ser renovada diariamente. La entrega del corazón en una determinada noche, la alegría de un tiempo de oración, un derramar el alma en una reunión especial, una participación total en un Congreso de Evangelización, un fin de semana en un Retiro Espiritual, y cosas semejantes, son eventos que edifican y bendicen nuestras vidas con Dios, pero no pueden ser las únicas experiencias en nuestro caminar con Cristo.
El cuerpo humano se alimenta diariamente con un mínimo de tres comidas diarias y se hidrata con agua, cada vez que la necesita, en esas comidas el cuerpo se abastece de proteínas, hidratos de carbono, vitaminas, que producen defensas contra las enfermedades que se pueden adquirir en el medio ambiente contaminado, donde vivimos. Nuestro cuerpo no puede depender únicamente de las comidas, en los cumpleaños, aniversarios, comidas semanales familiares, fraternales, sino que cada día nuestro organismo natural necesita comer para poder sobrevivir, para evitar contaminaciones víricas, desánimo, anemia, que impidan que podamos seguir caminando. Lo mismo ocurre con nuestra parte espiritual, pues fuimos creados con cuerpo, alma y espíritu, y si no alimentamos e hidratamos nuestro espíritu desfalleceremos, quedaremos sin fuerzas, estaremos mas propensos a adquirir enfermedades como la desesperación, la desconfianza, la incredulidad, la ansiedad, la depresión, porque como dijo el Señor “No solo de pan vivirá el hombre, sino de todo lo que sale de la boca de Dios, vivirá el hombre” Deuteronomio 8:3
El evangelio de San Juan capítulo 6, verso 35, refleja lo que dijo Jesucristo: “Yo soy el PAN de vida, el que a mí viene nunca tendrá hambre; y el que en mí cree no tendrá sed jamás”
Nuestra vida cristiana depende de una relación íntima y diaria con el Señor, de una busca incesante de poder y gracia, de un hablar y oír a Dios en cualquier situación, no depende solamente por pertenecer a una iglesia o movimiento religioso.

Pr. José Gilabert – España

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