CONGREGACIÓN del SÉPTIMO MILENIO

ponceLA PAZ DE DIOS SEA CONTIGO

VAMOS A ESTAR COMPARTIENDO UNA HERMOSA PALABRA,
COMO ES TODA PALABRA DE DIOS!
LUCAS 4: 18 – 19
18: El Espíritu del Señor está sobre mí por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres, me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar la libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos,
19: y predicar el año agradable del Señor.

ESTAS PALABRAS SE HICIERON REALIDAD EN EL SEÑOR. PERO ESTAS PROMESAS SE HARÁN REALIDAD AÚN MAS EN CADA UNO DE NOSOTROS QUE SEGUIMOS AL SEÑOR, EN ESPIRITU Y VERDAD!
Y AÚN COSAS MAYORES HARÁN EN MI NOMBRE!
(Juan 14:12)

HERMANOS, NO PODEMOS DESCONOCER ESTA GRACIA DE DIOS.
NO PODEMOS LEVANTAR MUROS DONDE EL SEÑOR YA LOS DERRIBÓ.
NO PODEMOS SER INDIFERENTES Y MENOSPRECIAR, ESTA GRAN BENDICIÓN QUE DIOS NOS DA!
EL SEÑOR TAMBIÉN NOS DICE: ¡SI EL HIJO OS LIBERTA SERÉIS VERDADERAMENTE LIBRES!
¿POR QUÉ A VECES TOMAMOS LOS VESTIDOS DE LA ESCLAVITUD?
TOMEMOS ESTA PALABRA Y NO SEAMOS SIMPLES OIDORES,
SINO HACEDORES DE SU PALABRA!

Pr. Hugo Ponce – Argentina

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halagoPERFECTOS?

Una joven se decía a sí misma que había que tener misericordia por las personas que no eran como los cristianos. Se decía que había que comprenderlos porque no eran perfectos…
Este pensamiento lo trasladó a una reunión con otros jóvenes, destacando la necesidad de comprender esta realidad y ponerla en práctica.
Claramente hay una diferencia entre ser perfecto y no serlo…
Este comentario provocó sorpresa, tanta que el líder de los jóvenes debió intervenir para ordenar las ideas que iban surgiendo en torno a esta idea.
Lo primero que dijo el líder es que se debía aclarar el concepto principal: Quién dijo que los cristianos éramos perfectos? La joven de la idea, pidió la palabra para afirmar que lo éramos desde el momento que aceptamos a Jesús.
La respuesta fue: Ese es un primer paso fundamental para nuestra vida, pero a partir de allí se inicia un proceso que durará lo mismo que nuestra existencia, pues el concepto de Perfecto, solo puede ser atribuido a Jesús.
Esta categórica afirmación tranquilizó un poco los ánimos, pero la joven insistió: Yo siempre entendí que la diferencia entre los cristianos y los que no lo son, radica en que nosotros sí somos perfectos y el resto de las personas no lo son.
Es una pena que este error de interpretación haya llegado hasta este punto. Pablo nos habla de que él tiene una meta y que buscaba alcanzarla, pero no dijo que lo hubiera logrado.
Esta es la enseñanza que podemos utilizar como ejemplo para este caso.
La joven pidió perdón por su error y en ese momento llegó la segunda parte de la explicación del líder juvenil. Nosotros que estamos iniciando el camino que nuestros mayores llevan tiempo transitando, debemos escuchar sus palabras. Nunca dicen que son perfectos…dicen que buscan lograrlo, pero que eso llegará solamente en el Reino.
Se propuso entonces una oración por todos los hombres y mujeres que habiendo pedido perdón por sus pecados y habiendo sido perdonados, aceptaron al Señor como su Salvador.
La idea de que los cristianos somos perfectos…quedó junto a tantas otras que resultan de enseñanzas equivocadas o de interpretaciones incorrectas. De allí la importancia de cerciorarse siempre de que los fundamentos de la fe son bien comprendidos.
Una sola duda para torcer el camino de una persona durante el resto de su vida. Y tan grave como eso, puede equivocar a otras personas que siendo recién iniciadas en la fe, puedan abrazar esta idea tan cautivante de que somos perfectos.

Oremos para ser prudentes!
Oremos para tratar de ser mejores!

Diego Acosta – Alemania

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CELOS Y ENVIDIASlourdes

¿Hay algún cristiano que sea capaz de reconocer que siente celos o envidia de otro hermano en la fe? No es válida la clásica expresión de “yo siento envidia santa, o celos santos” seamos sinceros.
Hagamos examen de conciencia. ¿Cuántas veces he pensado: a tal o a cual hermano todo le sale bien o como ha prosperado tal hermana en el ministerio? ¿Cuántas veces has dicho que el pastor siempre escoge a los mismos para hacer evangelismo? Podría poner muchos ejemplos, pero lo voy a dejar en esos dos, dejo a vuestra imaginación poner otros ejemplos. Lo cierto es que hay envidias, celos, hay baja autoestima en nuestros corazones y eso provoca que haya quejas y que no demos el cien por cien de lo que podríamos dar en el servicio a Dios.
Pensando en esto me acordé de Jesús y de los apóstoles. Me pregunte ¿sentirían celos entre ellos? No encuentro ninguna alusión directa a esto en la Palabra, por lo menos no lo percibo. Puede ser que la madre de aquellos dos discípulos que pidió un lugar a la derecha y otro a la izquierda de Jesús para sus hijos, sintiera celos de que otros pudieran estar más cerca de Jesús que ellos, Mt 20: 20 y 21. Incluso ellos mismos se lo pidieron Mr 10 35 al 37, aunque quizás solo haya sido el deseo de estar siempre a su lado.
Creo que no se celaron porque Jesús había escogido para ser apóstol primero a Andrés, ni cuando un discípulo con el apodo del “amado” se sentaba y recostaba su cabeza en su hombro. No se celaron porque le dijo a Pedro la frase de “sobre ésta roca edificaré mi iglesia”, no hubo celos cuando decidió retirarse para orar con Pedro, Santiago y Juan.
¿Por qué dentro de las congregaciones hay tantos celos, tantas contiendas por causa de las envidias entre hermanos, por qué tantas quejas? El pastor contó con tal hermano y a mí no me dijo nada… ¿Por qué estuvieron hablando y haciendo un proyecto y no contaron conmigo?..todos debemos saberlo todo. Este hermano siempre se reúne con el pastor en su casa y a mí nunca me ha invitado… y por último la tan traída y llevada frases “ Dios no hace acepción de personas”.
He puesto algunos ejemplos, pero hay tantos ¿verdad? Es cierto que Dios no hace acepción de personas, pero no todos somos iguales para Dios, cada uno de nosotros somos especiales para Dios. Su trato es personal con cada uno de nosotros, no hay unos mejores que otros, pero si unos diferentes a los otros. Nuestra relación es única con Dios, no nos fijemos en lo que hacen o no hacen otros, no importa, lo realmente importante es que Dios te ama y cuenta contigo.
No dejes que tus celos y envidias sean un impedimento para el crecimiento de la obra de Dios en tu vida, y en la vida de otros. Disfruta de tu relación con Dios es única.

Lourdes Díaz – España

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ponce

QUE HERMOSO ES ESTAR DIGNO DELANTE DE DIOS,
AL VER A NUESTROS HERMANOS CRECER EN FE Y EN EL AMOR!

2 DE TESALONICENSES 1:3
Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás.

PABLO, NOS ENSEÑA A DAR GRACIAS A DIOS POR AQUELLOS QUE CRECEN EN LA FE Y EL AMOR. PERO HAY ALGO QUE RESALTA EN EL VERSÍCULO: QUE ESE AMOR QUE CRECE ABUNDA PARA CON LOS DEMÁS!
QUE PRECIOSO ES SER DIGNO DELANTE DE NUESTRO DIOS, CUANDO EL AMOR AL HERMANO Y LA FE DE CREER, QUE EL HERMANO VA A SALIR DE TODA PRUEBA Y LUCHA POR LA CUAL PUEDE ESTAR PASANDO, Y ESE AMOR IRÁ RESTAURANDO AL HERMANO.
LA FE Y EL AMOR NO DEBEN SER EGOÍSTAS, SINO GENEROSAS PARA CON LOS DEMÁS. ESO HARÁ QUE OTROS HERMANOS ALCANCEN LAS BENDICIONES QUE JEHOVÁ TIENE PARA CADA UNO.
ASÍ ESTAREMOS EN COMUNIÓN CON EL SANTO ESPÍRITU DE DIOS!

Pr. HUGO PONCE – Argentina

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CARTA A MI HIJO

Querido pequeño…¿como estás?… Imagino que bien, pues sé que estás donde te aman.
Llevo mucho tiempo deseando escribirte, no sabía cómo empezar es mucho lo que he de decirte y se amontonan las palabras.
Siempre me han sobrado las palablourdesras para dirigirme a tus hermanos, claro que a cada uno de ellos les he tenido en mis brazos, les he acunado, alimentado, les he visto crecer por tanto conozco, sus necesidades, conozco sus preferencias y conozco las palabras que necesitan en cada momento, no es así contigo, pues nunca te acuné, ni te alimenté, no te he visto crecer…
Creo que la mejor manera de empezar ésta relación interrumpida es pedirte perdón. Perdóname por no haberte dejado vivir, perdóname por no haberte dado ni siquiera la oportunidad de expresarte, de decir algo en tu favor. Aunque un día le pedí perdón a Dios por mi crimen, siento en mi corazón la necesidad de decirte a ti, perdóname hijo.
Quizás te habrás preguntado ¿porqué mi mamá me ha hecho esto?, ¿porqué no me dejó nacer? ¿Porqué a mí?
Podría decirte que no era buen momento, que estaba sola, que no eras el resultado de una relación lícita, que…hay tantos argumentos, pero tengo que reconocer que ahora mismo después de tantos años ya ninguno me vale.
Siempre te he recordado, aunque he de reconocer que hubo un tiempo que lo hacía sin sentir nada, las excusas tenían mucho peso y ahogaban los sentimientos que se agolpaban en mí corazón. Pero un día tuve un encuentro personal con nuestro Creador y entonces fue cuando todo cambió, entonces tuve la convicción de que no había hecho bien y de que con mi decisión había impedido que un ser maravilloso viniera a este mundo.
Quise ponerte cara pensando ¿cómo serías? ¿qué te habría gustado estudiar? ¿cuáles serían tus aficiones? ¿Cuál sería tu comida favorita? Seguro que habrías sido un buen hijo, una gran persona, quizás habrías sido una eminencia, un médico, un pintor, un político… solo llegué a saber que ibas a ser un niño.
He de decirte que ahora hay una ley que permite a las mujeres abortar (como si una ley pudiera dar derecho a un humano a robarle a otro humano el derecho a vivir) una ley que los políticos cobardes no son capaces de derogar, porque los que no nacéis no votáis y porque es más fácil y barato interrumpir una vida que sacarla adelante.
Estoy segura que tú y todos esos niñitos que están donde tú estás no entenderéis porqué, créeme que yo tampoco lo entiendo, no se cual es el baremo con el que los legisladores redactan una ley que permite a una mamá decidir sobre la vida de un niño que está en su vientre y perseguir a una que le quita la vida en el momento de nacer. No sé cual es la diferencia, solo sé que un día serán juzgados por ello.
Dios te conocía desde antes de estar en mi vientre, te recogió en su regazo, te ama. Dios ama a cada uno de los seres humanos incluso a los que asesinan vidas y esperanzas.
Que Dios perdone tanta infamia, tanta irresponsabilidad, tanta frialdad y tanta prepotencia con la que los hombres se permiten hacer leyes o tomar decisiones que asesinan.
Te amo hijo, nunca me olvido de ti, te llevo en mi corazón y solo espero que algún día podamos disfrutar juntos por toda la eternidad.
Mamá

Lourdes Díaz – España

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gilabert
ESCUCHAR PARA SABER QUÉ HABLAR

Al que responde sin haber escuchado, la palabra le es fatuidad y vergüenza. Proverbios 18.13

Es importante conocer bien el arte de llevar una conversación, pues por medio de ella cultivamos relaciones más profundas con las personas y podremos aconsejarlas adecuadamente. Sin estas relaciones más íntimas será difícil que conozcamos las particularidades de la gente, con sus luchas y sus ilusiones.
Uno de los aspectos que debe manejar el que desea cultivar el arte de la conversación es saber escuchar a la otra persona, precisamente porque consiste en un intercambio de palabras entre dos y no un monólogo, pero la mayoría de las personas quiere hablar, pero son pocos los que desean escuchar.
El autor de Proverbios utiliza dos adjetivos para describir las palabras del que se apresura a hablar antes de que la otra persona haya terminado de decir lo que tenía que compartir: fatuidad y vergüenza. ¿Por qué se refiere al simple hecho de interrumpir en términos tan duros? En primer lugar, porque interrumpir revela una falta de aprecio por la otra persona. De hecho, le estamos diciendo que lo que nosotros tenemos que decir es más importante que lo que ellos están compartiendo. Tan importante parece ser lo nuestro que ni siquiera podemos darle a la otra persona la oportunidad de completar sus propios conceptos.
En segundo lugar, si no le permito hablar a la persona, no voy a tener la oportunidad de entender claramente lo que está tratando de compartirme. Si no tengo todos los elementos que necesito para evaluar el contenido de su mensaje no puedo contestar u opinar con inteligencia. No obstante, con frecuencia creemos que sabemos lo que la otra persona va a decir. Incluso le decimos: «ya sé lo que me vas a decir», como si poseyéramos algún atributo especial que nos permite leer los pensamientos de los demás y adelantarnos a sus palabras. En ocasiones, hasta intentamos acelerar la marcha de la conversación completando las frases del otro. En más de una situación, sin embargo, lo que decimos es completamente diferente a lo que el otro quería expresar.
¡Cuánto más eficaz resulta guardar silencio y esperar! Esto significa no solamente no interrumpir, sino también resistirse a la tentación de adelantarnos a elaborar mentalmente una respuesta. Cuando disponemos todo nuestro ser a escuchar atentamente a la otra persona, muchas veces nuestras preguntas se contestan solas a medida que habla. Y no solamente esto, sino que comenzaremos a percibir también el espíritu con que nos habla, la intención de sus palabras y el mensaje detrás de ellas. Esto es, en última instancia, la información más valiosa que podemos obtener, pues oportunamente nos permitirá hablar al corazón de ellos, dando la respuesta o el consejo que sea eficaz, necesario y de bendición.

Pr. Jose Gilabert – España

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salmaEL VERDADERO AMOR

El verdadero amor, que encontramos en I Corintios 13 puede existir. No existe porque sí, existe porque hay una voluntad que determina que exista. Pasé nueve años de mi vida con alguien que no habla mi lengua, no tiene mi cultura y porque es un ser humano, tiene sus propias ideas y gustos.

He aprendido en eses nueve años el amor comenzó a existir porque dos personas dejaron atrás todas las barreras mencionadas para poder aprender a vivir, en amor.

No ES pasión ni deseo, porque todo eso pasa, pero ES algo sobrenatural.

Muchas veces me encerré y lloré, creyendo que sería el fin. Pero clamando a Dios y solamente deshaciéndome de mis propias ideas y pensamientos, me levanté, segura de que tendría fuerzas para no dejarme caer.

Segura soy de que el verdadero amor, que TODO lo sufre, TODO lo cree, TODO lo espera, TODO lo soporta es real, pero no puede existir donde exista el «yo». No es compatible con el egoísmo.

Es  mucho más que una voluntad de hacer que algo funcione, es una decisión, de levantarse todas las mañanas  y decirse: que increíble tener esta persona a mi lado. Como me pudo pasar a mi? Con todos mis defectos, me ha tocado alguien tan genial. Es saber apreciar una persona aún en situaciones difíciles.

Debemos entender el amor que Dios tiene por nosotros, para poder amar de esa forma. Debemos ser conscientes que somos como El, y la misma necesidad que tenemos de tener alguien en nuestra vida, lo tiene El, por eso nos quiere con ese amor verdadero, que parece ser imposible, pero no lo es.

Salma Ferreira-Alfeo – Francia

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NO SEAMOS CIEGOS

Quiero hablar de algo que yo he hecho durante mucho tiempo, y que en ocasiones repito muy a pesar mío, pues eso me entristece, porque sé que no es correcto en una hija o hijo de Dios.
Veréis, cuando veo a un asesino, a un abusador, a un corrupto, ¿sabéis a que me refiero verdad? cuando veo todo lo injusto, me enfado y pienso ¿cómo puede hacer esto, que cruel, que falta de escrúpulos, como lourdesse puede hacer daño a un niño a una anciana?. Entonces recuerdo quien era yo antes de tener un encuentro personal con Jesús y os aseguro que mi condición no era mucho mejor de la de los que ahora me indignan. NO, no era mejor.
Era una ciega que incluso habiendo oído hablar de Jesús, no podía distinguir lo que estaba bien de lo que estaba mal, que mentía, que engañaba qué decidía lo que podía hacer o no y me daba igual por encima de quien tenía que pasar. Era tan ciega que clamaba a Dios como si fuera un ser que estuviera a mi disposición y fuera alguien que tenía que hacer lo que a mí me parecía que era justo. Ahora pedía, ahora maldecía, ahora vivía a mi antojo.
Cuando iba hacia el precipicio alguien me dijo: Jesús puede ayudarte, ¡ yo siempre he creído en Dios ! contesté, pero me dijo: eso no es suficiente, no basta solo con creer, clama a Él, deja que entre en tu vida, que sane tus heridas, deja que sea tu Salvador y tu Señor, entonces grité : “Jesús ten misericordia de mí”, entonces le vi y Él me salvó, me limpió, me cambió, me transformó. Él perdonó mis pecados, ve y no peques más me dijo.
¿Que quiero decir con esto?, tenemos que aborrecer el pecado pero no al pecador. El enojo, el desprecio hacia los que están ciegos no es correcto. Cuando a través de las redes sociales insultamos y perseguimos y criticamos lo que hacen los ciegos, no estamos mostrando a Jesús.
Un ciego no decide ver, tiene que recibir la vista, tiene que ser que habiendo oído hablar de Jesús y viéndole en nosotros, clame y Él le de la vista.
El ciego Bartimeo había oído hablar de Jesús pero eso no le dio la vista, solo fue cuando clamó a Jesús que pudo ver.
Marcos 10: 46, 51 y 52
Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: !!Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista.
Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista y seguía a Jesús en el camino.

Lourdes Díaz – España

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gilabertCONTRA LA INTOLERANCIA

Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue, y se lo prohibimos, porque no nos seguía.

Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis, porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda hablar mal de mí. Marcos 9.38–39

Observe los detalles del testimonio de Juan. Los discípulos se habían encontrado con una persona que también estaba ministrando a los endemoniados. Quizás sería una de las incontables personas que habían sido tocadas por el ministerio de Cristo. Restaurado por la gracia de Dios, estaba dedicando su tiempo a ministrar a los que vivían bajo opresión y tormento. Al verlo, en seguida intervinieron para impedirle que siguiera haciendo ese trabajo. ¿Cuál era el criterio que usaron para censurar el ministerio que realizaba? ¡Que no era parte del grupo selecto de hombres que seguían a Cristo! No demostraron interés por examinar los frutos de su ministerio, ni tampoco en determinar sí genuinamente estaba obrando en el poder y la gracia del Espíritu Santo. Descartaron lo que hacía porque no estaba con ellos, y si no estaba con ellos ¡evidentemente no podía ser de Dios lo que estaba haciendo!
Este pequeño incidente revela una de las más persistentes tendencias en nosotros, que es la de creer que solamente hay una forma aceptable de hacer las cosas: ¡la nuestra! Esta postura es la que da origen a la mayoría de los conflictos dentro del pueblo de Dios. Revela cuán propensos somos a creer que nuestra manera de hacer las cosas es la única válida; que el ministerio en el cual estamos invirtiendo tiempo es el único ministerio que realmente importa.
Unos tienen pasión por misiones e intentan convencernos de que todos los que no estamos involucrados en esto no estamos en el centro de la voluntad de Dios. Otros tienen carga por los judíos; buscan la forma de demostrar que el ministerio a los israelitas es la prioridad del pueblo de Dios. Otros tienen pasión por la evangelización y nos hacen sentir culpables porque no compartimos las buenas nuevas con al menos una persona por día; otros tienen grandes obras sociales ayudando a los marginados y comentan que el resto de ministerios están acomodados, solo mirando lo suyo.

Cada uno de ellos promociona lo suyo y, sutilmente, desprecia lo que están haciendo los demás.
Cristo quiso enseñarles a los discípulos que el Reino es mucho más grande de lo que nosotros entendemos. Dios está trabajando de muchas maneras diferentes, por medio de muchas personas diferentes, en muchos proyectos que son importantes para sus propósitos. Desea que sus hijos cultiven una perspectiva más generosa hacia otros que también están sirviendo, aunque lo hagan de forma completamente diferente a la nuestra. La validez de un ministerio lo determina el Señor, no nuestra perspectiva de las cosas.

¡Gracias a Dios que no todos trabajan en lo que nosotros trabajamos, ni tienen las mismas convicciones! Esto es parte de la maravillosa experiencia de ser miembros del cuerpo de Cristo, con sus multifacéticas expresiones y funciones. Cultivemos el hábito de orar, respetar y bendecir el ministerio de otros que trabajan en proyectos diferentes al nuestro.

Pr. José Gilabert – España

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EL BUEN PASTOR

Cuando hablamos del Buen Pastor seguramente muchos pensarán: Otra vez… Y tendrán razón, pero a pesar de esta certeza, vamos a hablar del Buen Pastor…
Jesús es nuestra referencia sobre el tema, porque define como nadie lo que significa cuidar de un rebaño. Él distingue perfectamente entre quienes obran como verdaderos pastores de quienes solamente son asalariados.

Los verdaderos pastores tienen amor por sus ovejas. Los asalariados las utilizan como medio de vida!

Por estas razones unos cuidan a las ovejas ante cualquier peligro y los otros en cambio huyen, abandonándolas ante la amenaza.

Jesús verdaderamente dio su vida por su rebaño, el que vino a buscar al mundo como el Hijo del Hombre!

Él y solamente Él deben ser el modelo para todos quienes tengan la vocación de servir… y no de servirse. Jesús es la puerta del redil imaginario donde se congregan los hombres y mujeres que creen en sus enseñanzas.
Para entrar al redil imaginario primero hay que superar la Puerta que es el propio Jesús. Esta es la intención de quién verdaderamente desea cuidar hasta la últimas de las ovejas de su rebaño, asegurando a 99 para buscar a la que le falta.
Pensando en esto podemos imaginarnos nuestras actitudes, si verdaderamente tenemos la intención de servir o de servirnos. Si buscamos servir, comprenderemos perfectamente que las ovejas son del Señor y están a nuestro cuidado. Pero si nuestra intención es servirnos, someteremos al rebaño a nuestras necesidades y solamente las cuidaremos por conveniencia, como los asalariados de los que habló Jesús.

Esta es la gran alternativa que tenemos ante nosotros. Somos imitadores de Jesús o somos un remedo engañador de sus ovejas?

La diferencia es tan grande entre una forma de obrar y otra, que solamente la podemos comparar con el sacrificio en la Cruz. Por eso dijo en Juan 10:11, que Él era el Buen Pastor!
En los tiempos en que vivimos es necesario que recordemos cada día de nuestra existencia, que cada oveja tiene una identidad, que tiene un Propósito para su vida y que es tremendamente importante para el Plan de Dios.
Sobre esta cuestión no importa lo que nuestros ojos puedan ver, sino lo que Dios tiene establecido para cada persona, para cada oveja. Si comprendemos esto, tal vez aprendamos a ser la puerta que guarda el redil, a fortalecer nuestros hombros para traer sobre ellos a la oveja perdida y para tener la entereza de enfrentarnos ante el peligro.
Debemos orar por quienes un día fueron nuestros pastores y por quienes un día serán pastores de nuestros hijos. Debemos orar para que cada uno de ellos sea en el futuro un Buen Pastor, según el prototipo de Jesús y nunca, el penoso modelo de los hombres asalariados.

Diego Acosta – Alemania

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