Leyendo con la máxima atención el Libro de Jueces llegué a comprender como es el trato de Jehová con Su Pueblo y por extensión con el resto de la especie humana.
En el Capítulo 2 se narra cómo los israelitas eran fieles al Creador y cómo dejaban de serlo, en una intermitente conducta cambiante.
Así también eran las respuestas del Eterno!
Un tiempo de bendición y un tiempo de opresión!
La bendición llegaba con la obediencia y la opresión llegaba con las actitudes contrarias a los mandatos del Todopoderoso.
Pensando en esto, me hice esta pregunta: Es algo nuevo lo que hacemos los hombres de nuestro tiempo?
De ninguna manera!
Como nos diría Salomón, repetimos una y otra vez lo que antes hicieron otros hombres, en otros tiempos y en otras circunstancias.
Lo más sorprendente de todo es como sigo y como seguimos siendo contumaces en la repetición de errores, conociendo las consecuencias de las buenas actitudes y de las malas.
Y en ese ciclo perverso, es donde me muevo!
En ese ciclo perverso es donde nos movemos los hombres, formando parte de congregaciones, de pueblos y de países.
De allí que las palabras proféticas relacionadas con el Juicio a un determinado país, es perfectamente válida para mí en lo personal y para la nación donde nací y para la nación en donde vivo.
La bendición tiene una única vertiente: La Obediencia!
La opresión tiene también una única fuente: La Desobediencia!
Para ser sabio debo recordar a cada momento esta Verdad, que me llevará por el buen Camino!
Caso contrario iré por sendas y atajos que en lugar de ser benéficos, tienen la dolorosa particularidad de alejarme de la Bendición.
Jueces 2:12
Diego Acosta / Neide Ferreira