Elegiríamos al rey de un imperio que tenía cautivos a los judíos, para cumplir algún propósito?
Exactamente este fue el caso del rey Ciro que gobernaba sobre los medos y los persas y tenía cautivos a los judíos que habían sido llevados desde Israel a Babilonia.
Los designios humanos son irrelevantes con relación a las grandes decisiones de Jehová!
Ciro no solamente recibió el título de pastor, sino que también fue nombrado Ungido por el Todopoderoso, con la Autoridad que solamente ÉL ha tenido y tendrá.
Como pastor Ciro debía anunciar a Jerusalén que sería edificada y su Templo levantado. El Eterno comenzaba a obrar como el Restaurador de Su Pueblo!
El rey persa, recibe la Unción del Supremo, es decir lo declara Ungido, que es el título que luego recibiría el propio Cristo!
Si recordamos que Cristo es la denominación griega que identifica al Mesías, Meshiah en hebreo, podremos tener una idea más profunda de la magnitud de la decisión del Creador.
Recordar este pasaje bíblico nos debe llevar al temor y temblor, al contemplar la Majestad de Dios!
Nadie como ÉL!
Nadie mayor que ÉL!
En las horas amargas de las pruebas, hagamos Memoria de este pasaje para renovar nuestra Confianza y para renovar la grandiosa e inmerecida condición que tenemos de ser los elegidos como hijos por el Soberano, sobre todo y sobre todos.
No en vano tuvo el gesto maravilloso de enviar a Su Hijo para salvarnos!
Si ÉL utilizó a un rey como Ciro, como no nos utilizará a nosotros que somos sus hijos?
Confiadamente esperemos que llegue ese glorioso momento!
Isaías 44:28-45:1
Diego Acosta / Neide Ferreira