CONGREGACIÓN del SÉPTIMO MILENIO

¿QUIÉN NOS SEPARARÁ DEL AMOR DE DIOS?

Estamos muy conmovidos por la persecución que nuestros hermanos están sufriendo en algunos lugares del mundo y en verdad sentimos como nuestro corazón se derrama en lágrimas por tantos padeciendo por causa del evangelio y de proclamar el amor a Cristo.
En estos días que estoy leyendo el Libro de Hechos, veo que una ylourdes otra vez a lo largo de la historia se repiten los acontecimientos. En realidad nunca han dejado de suceder, cuando no es en un lugar es en otro pero lo cierto es que hay un precio que tenemos que pagar por seguir las pisadas del Maestro.
Él padeció injustamente, le persiguieron los mismos de su casa y fue crucificado porque no negó quien era, el Mesías, el Hijo de Dios, Dios hecho hombre; el anunció que las cosas que Él había hecho nosotros las haríamos y aún mayores (Juan 14:12) pero también dijo: Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. (Juan 16: 33)
Ahora miramos hacia lugares que nos pueden parecer lejos de donde vivimos, que tienen una cultura que no es como la nuestra y esperamos que Dios no permita que nosotros pasemos por eso. Pero vendrán tiempos difíciles para todos, lo cierto es que sucederá. Quizás nadie amenace nuestras vidas con una espada, pero puede venir depresión, enfermedad, tribulación, hambre…y esto también puede poner en peligro nuestra fe y hacernos dudar. E incluso hasta que lleguemos a revelarnos contra Dios y olvidarnos de todo lo que Él ha hecho por nosotros, y maldecirle y apartarnos de Él y hasta podemos llegar a perseguir a los que un día consideramos nuestros hermanos en la fe.
Todas estas cosas nos son anunciadas por el Señor, así que nunca tengamos un tan alto concepto de nosotros mismos, que nos enorgullezcamos, ni tan bajo que nos menospreciemos. Ni lo uno ni lo otro es bueno, las advertencias son para todos. El peligro de separarnos de Dios acecha, puede estar a la vuelta de la esquina y no hay nadie que esté libre de caer, “el que crea estar firme mire que no caiga”.
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?

Como está escrito: Por causa de tí somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero.
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Ro 8: 35 al 39.

Señor, enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría. Sal 90:12

Lourdes Díaz – España

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