CONGREGACIÓN SÉPTIMO MILENIO

A FAVOR O EN CONTRA

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Cada día que pasa nos vamos acercando al tiempo en el que no tendremos ninguna posibilidad de permanecer indiferentes o cuando menos equidistantes con la situación de Israel.
Una gran parte de quienes nos llamamos creyentes mantenemos una actitud que resulta incomprensible, si se profundiza un poco en su intencionalidad.
Por un lado nos llamamos coherederos de las promesas hechas por Jehová a Abraham y por tanto nos declaramos bendecidos con relación al futuro.
Pero también somos capaces de mostrar nuestra prudencia con relación a Israel, para que nadie nos pueda señalar o acusar como judaizantes.
Es decir, los humanos casi nunca nos definimos con claridad acerca de lo que se nos pregunta. En un caso somos coherederos de Israel y en otro caso, tratamos de tomar distancia con los hebreos.
Esta contradicción es la que nos debe hacer reflexionar con relación a los tiempos bíblicos y también con los que se están anunciando.
Con relación al pasado es evidente que con Israel hay una sola posición: O se está con el Pueblo de Dios o se está en su contra.
La ambigüedad señalada en el Libro de Apocalipsis, cuando se habla de la Iglesia de Laodicea, es terminante. Dios vomitará de su boca a los tibios…
Por tanto nos queda la alternativa de ser fieles al legítimo sentimiento de ser coherederos de las promesas recibidas por Abraham y por tanto, obrar en consecuencia.
Es triste comprobar cómo la tibieza de quienes no quieren ser acusados de judaizantes, queda al descubierto como una forma de no comprometernos excesivamente ante la sociedad de la que formamos parte.
Tal vez sin desearlo lo único que estamos haciendo con estas actitudes es estimular y engrandecer el coro que actúa desde diversos ángulos en contra de Israel.
Cada día que pasa los márgenes que tenemos son más estrechos. Apoyar a Israel es una decisión que nos compromete ante los hombres, pero finalmente nos compromete con relación al propio Dios.
Aceptará el Todopoderoso que quienes se llaman sus hijos estén en contra de su Pueblo?
Esta es la gran pregunta que nos debemos responder. Los tibios y los que nos declaramos defensores de Israel.
Oremos para que Dios nos conceda Sabiduría y la Valentía que viene de lo Alto, ante los difíciles tiempos que se avecinan. Los tiempos del fin!

Diego Acosta

www.septimomilenio.com

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