CONGREGACIÓN SÉPTIMO MILENIO

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QUE SABEMOS DE DIOS?

Una de las afirmaciones que utilizamos más frecuentemente, está relacionada con el conocimiento que Dios tiene de nosotros.
Afirmamos con rotundidad que el Eterno nos conoce desde antes de que fuéramos concebidos y esto es motivo de alegría y también de reflexión.
Significa que nadie nos conoce mejor que ÉL y también significa que es un motivo para sentirnos agradecidos por todo cuanto hace por nosotros.
A nadie se le escapa que siendo todo lo expuesto una gran verdad, el tema tiene otras consideraciones que raramente exponemos.
La más importante es darle un giro a las afirmaciones y poner las frases por pasiva. Entonces nos encontraremos frente a un gran interrogante.
Siendo como es verdad que Dios nos conoce desde el vientre de nuestra madre, que podemos contestar si nos preguntamos: Qué sabemos nosotros de Jehová?
Es probable que a partir de este planteamiento podamos hacer una escala de respuestas, que van desde lo que creemos que poco, hasta quienes afirmen que saben mucho.
Lo importante no es comprobar si esa escala responde verdaderamente a la realidad. Lo importante es que nos enfrentemos al interrogante.
Cuánto sabemos de Dios?
Que inexorablemente está ligado con otro, que incluso nos define como sus hijos y con las responsabilidades que tenemos en esa condición.
Buscamos saber más del Padre?
Es probable que a partir de estas cuestiones se produzca un silencio interior muy grande. Y ese es el momento en el que cada uno delante de su conciencia, comience a dar nuevas respuestas.
Nuestro conocimiento de Dios es tan relativo, que a veces confundimos aceptarlo como Soberano sobre todas las cosas, con tener una pequeña visión de quién ES realmente.
Esto supone que nos debemos sincerar y plantear a partir de este momento buscar saber más quién es realmente el Todopoderoso.
Y lo mejor que podemos hacer es convertir a su Palabra en nuestra guía, porque en la Biblia está contenido todo lo que ÉL quiere que sepamos acerca de su Grandiosidad.
Podemos convertir esta maravillosa tarea en uno de los grandes objetivos de nuestra vida. No solamente será bueno para nosotros, sino que será bueno para quienes están a nuestro lado.
Podremos hablar del Señor, con más conocimiento!

Diego Acosta

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