ANTIVIRUS
El anuncio de que un equipo de cirujanos implantó un corazón de cerdo en un hombre, debe ser motivo de una fundada alarma.
Los propios médicos que hicieron el trasplante dejaron establecido que era difícil que se continuaran con estas experiencias, en un tiempo cercano.
Argumentaron razones éticas y también prácticas, por cuánto consideran qué si bien la experiencia había resultado positiva, no se pueden hacer especulaciones sobre el futuro que tiene esta clase de intervenciones.
Aceptando las explicaciones de los médicos, agregamos que estamos ante una grave cuestión que afecta principios fundamentales establecidos por Dios en la Creación.
Determinó que los seres se dividen cada uno según su especie y de allí la prohibición, entre otras, de que los seres humanos mantengan relaciones sexuales con animales.
Obviamente esto permite concluir que este tipo de trasplantes constituye una abierta rebeldía a lo determinado por el Creador. Es necesario que sigamos alertas, ante el agravamiento de las situaciones que desafían a Dios.
Diego Acosta