En los tiempos difíciles en que vivimos es bueno reflexionar acerca de algunas cuestiones muy serias que tienen que ver con nuestra condición de seres humanos.
Dios creó al hombre y cuando lo vio solo decidió darle la ayuda idónea y fue así como creó a la mujer. A cada uno le dio sus características y tan importante como eso, su rol específico.
La mujer, sometida al hombre para que no busque ser cabeza de la familia y al hombre le impartió normas clarísimas acerca de cómo debería ser su comportamiento y cuidado con su esposa.
Pero que está ocurriendo? Por llegar al caso extremo, mencionamos a las mujeres que buscan tener hijos utilizando los métodos científicos.
Se convierten en madres sin varón y sin tener en cuenta lo que Dios estableció para la especie humana. Son las únicas que obran de esta manera?
Desde luego que no. Es la propia sociedad en su conjunto la que obra en rebeldía contra el Eterno, procreando sin casarse, facilitando el divorcio, exculpando el adulterio, igualando el matrimonio entre homosexuales.
Recuperemos el rol que cada hombre y que cada mujer debe desempeñar, ayudando a quién no lo sabe ocupar o a quién no lo quiere ocupar. Solamente así volveremos al equilibrio del orden del Eterno.
Efesios 5:22-25
Diego Acosta García
Música: Neide Ferreira