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Un comentario analiza distintos aspectos relacionados con el día en que nació el Hijo del Hombre. Sorprendentemente elude referirse a que la fecha del 25 de Diciembre, es una convención de la iglesia Católica.
Tuvo el propósito de lo que se ha denominado “cristianizar” la celebración pagana del solsticio de invierno. Por tanto la fecha no tiene ningún respaldo histórico ni existen posibilidades de determinar una nueva.
Por tanto todo el palabrerío utilizado en el comentario solo sirve para confundir y para poner en evidencia la vanidad de su autor, con el exhibicionismo de su conocimiento del idioma y su aparentemente novedosa forma de emplearlo.
En cuanto a la cuestión central del Glorioso Nacimiento, lo verdaderamente válido es que gracias a ese acontecimiento los hombres que lo aceptamos y reconocemos, hemos recibido el maravilloso presente de la Salvación y la Vida Eterna.
Si el Dios Todopoderoso hubiera deseado que los humanos supiéramos la fecha exacta del Nacimiento de su Hijo, lo sabríamos con toda seguridad. Seamos sabios y aceptemos esta realidad y gocémonos con el texto de la profecía de Isaías 9:6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Diego Acosta


