Deberíamos reflexionar con humildad acerca de cómo son las enseñanzas que reciben los hombres y mujeres que han aceptado al Señor. La cuestión está relacionada con la propia Verdad de la Palabra.
En qué sentido? Cuando hablamos de Jesús y sus enseñanzas generalmente destacamos aquellos pasajes que hablan de su Amor por nosotros, de su Sacrificio Perfecto y del perdón de nuestros pecados.
Pero lo cierto es que muchas veces omitimos todas las responsabilidades que se derivan de la condición de seguidores, de ser discípulos suyos en estos tiempos complejos y los más graves que afrontaremos en el futuro.
Sabiendo esto debemos ser especialmente rigurosos para que nuestras enseñanzas y nuestras conductas sean especialmente fieles con la Verdad y de esta manera evitar que los nuevos creyentes se sientan sorprendidos.
Jesús dio su Vida por cada uno de nosotros, pero también es verdad que estableció normas de obligado cumplimiento que determinan que debamos a vivir con humildad y mansedumbre y a llevar el Evangelio hasta los confines de la tierra.
Jesús nos ha advertido de todas las dificultades que tendremos, incluyendo el riesgo de ser engañados, perseguidos y hasta correr riesgos con nuestra propia vida. Jesús es la promesa de una nueva vida y la necesidad de asumir lo que se nos demanda.
Solamente así, siendo tan francos y directos como es Jesús, evitaremos la decepción en los nuevos creyentes y también los alentaremos a vivir con alegría y responsabilidad su nueva vida.
Lucas 9:24
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira
