En el momento más inesperado podemos leer algo que nos obliga a pensar acerca de cómo es nuestra vida como personas y más importante aún: Como es nuestra vida de creyentes y nuestra relación con el mundo.
Leímos que lo que más profundiza el dolor de las decepciones es que no provienen de nuestros enemigos. Con esto obviamente se hacía alusión a quienes nosotros consideramos nuestros amigos o nuestros hermanos.
Si quisiéramos profundizar en el significado de decepción, podríamos decir que es el dolor que provoca un desengaño. Y que es un desengaño? Ni más ni menos que la desilusión de un engaño. Lo que significa que hemos sido engañados.
El engaño forma parte de la familia del doble ánimo…de allí el dolor que nos puede causar una decepción. Porque proviene casi exclusivamente de las personas en las que confiamos, de las que no esperamos nada malo.
Estos pensamientos nos deberían llevar a otro más profundo todavía: La Biblia nos advierte a propósito de la importancia de saber en quién hemos depositado nuestra confianza. Si hubiéramos puesto en práctica esa enseñanza, no estaríamos desengañados.
Cada vez que decimos…mi mejor amigo, deberíamos reflexionar a propósito de a quién nos estamos refiriendo. Si es un ser humano, podemos tener la certeza de que seremos engañados y lo mismo puede ocurrirle a otras personas con nosotros.
No permitamos que cualquier forma de desegaño afecte nuestra confianza en el Señor. Confiar en Él es la única confianza valedera!
Jeremías 9:4
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira