Cuando escuchamos o leemos algo que no nos agrada, tendemos a rechazarlo, en lugar de reflexionar en profundidad sobre la propuesta. Nuestra primera actitud es completamente negativa.
Si nos detuviéramos a pensar en lo que nos ha ocurrido cuando algo nos obliga a confrontar con la realidad, advertiríamos que lo que domina nuestro ánimo es el desasosiego.
Podríamos decir que es la reacción de nuestra naturaleza humana, la que hace prevalecer el instinto sobre el entendimiento y a partir de ello, se produce el rechazo de manera frontal.
Es muy poco grato escuchar, ver o leer comentarios que no nos agradan, porque afectan esa especie de territorio de tranquilidad que vamos cuidando día tras día, en nuestra vida de cristianos.
El desasosiego es contrario al acomodo a las circunstancias que más nos gustan!
Pero el desasosiego es bueno, precisamente para romper el conformismo con el que el mundo nos influye. Si nos conformamos aceptamos todo o casi todo, cediendo a cada paso pedazos de nuestra fe.
Cuando leamos o escuchemos algo que nos incomoda, en lugar de reaccionar de mala manera, busquemos en nuestro interior que es lo que ha pasado.
Hay alarmas que comenzaron a sonar pero intentamos no escucharlas!
El desasosiego es uno de los instrumentos del Espíritu para advertirnos que hay algo que estamos haciendo inadecuadamente. Que hay algo que debemos corregir.
Seamos sensibles a las advertencias del Espíritu!
No consideremos el desasosiego como algo hostil, sino todo lo contrario. Asumamos que el Espíritu con Amor, nos está advirtiendo sobre algo que está mal en nuestra vida.
Juan 16:8-11
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira
