Que difícil nos resulta rendirnos ante la evidencia!
Un día comprendemos que por grandes que sean nuestros esfuerzos, somos absolutamente incapaces de superar una situación que nos afecta y por tanto nos preocupa grandemente.
Frente a esta situación tenemos varias formas de reaccionar. La más sencilla de todas es renunciar a hacer nada, lo que más tarde nos traerá el remordimiento por la pasividad.
Otra alternativa es seguir perseverando, aunque el desgaste de nuestras fuerzas haya llegado a su límite y entonces apelamos al orgullo.
Pero podemos apelar al orgullo?
Entonces pensamos que si planteamos la situación con un nuevo enfoque, tal vez podríamos superarla. Pero rápidamente comprobaremos que no hay nada más insensato que engañarnos nosotros mismos.
Que nos queda por hacer?
Volver nuestros ojos al Todopoderoso!
Volver a quién es el Soberano sobre todas las cosas y clamar por su ayuda. Elías en una situación asombrosa clamó al Señor para que le respondiera.
Siempre se podrá decir que la situación no es comparable ni el ejemplo es válido. Sin embargo es una referencia que nos puede ayudar a pedir perdón por nuestra falta de confianza.
El mundo nos enseña a confiar en nuestras propias fuerzas, porque para eso somos hombres y como somos hombres nos merecemos todo. Incluso solucionar problemas.
Antes que sea demasiado tarde y estemos desbordados de forma definitiva por nuestro problema, volvamos nuestros ojos con arrepentimiento al Señor, para que nos ayude en nuestra debilidad.
Él se glorifica en ella!
Isaías 18:37
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira