En su infinita capacidad de enseñarnos, la Palabra de Dios nos anima a tener en cuenta el significado de nuestros comportamientos, para que sean adecuados y no afecten a quienes nos rodean.
Aunque parezca una obviedad, somos advertidos con relación a no cantar temas alegres frente a los afligidos. Aunque pareciera redundante, muchas veces caemos en la tentación de obrar de manera que podemos causar más perjuicios que beneficios.
Del mismo modo debemos ser cuidadosos con quienes están pasando momentos difíciles y de aflicción, para no aumentar sus pesares y para no indisponerlos con quienes pueden tener motivos legítimos para estar contentos.
Los despropósitos de nuestros comportamientos pueden causar mucho daño, que no se remedian con disculpas!
Jesús fue muy cuidadoso con el dolor provocado por la muerte de su amigo Lázaro y fue más cuidadoso todavía en la forma en que anunció su resurrección. Hay momentos en que las personas están extremadamente susceptibles y debemos ser más que prudentes.
La Biblia nos advierte a propósito de algo tan sorprendente, como por ejemplo, no quitarnos los abrigos cuando hace frío. Es necesaria una advertencia como esta? Evidentemente, sí. Porque muchas veces obramos de forma infantil y no como adultos.
No provoquemos a las personas para transformar en agitación su tranquilidad. Seamos sabios ante cada situación en la que debamos actuar, orando siempre para pedir dirección y obstenernos ante las dudas.
Si permitimos que el Espíritu nos guíe, difícilmente caeremos en despropósitos que tendremos que lamentar.
Proverbios 25:20
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira