Fácilmente podemos caer en la tentación de pensar que la vida nos debe algo… Este planteamiento tiene un trasfondo de crítica relacionada de cómo ha sido nuestra existencia hasta el presente y lo que esperamos del futuro.
Por qué pensamos que la vida nos debe algo…?
Será porque del análisis de nuestros años, puede surgir una cierta evidencia que hemos hecho mucho más de lo que recibimos, que hemos sido más positivos que los resultados negativos que obtuvimos.
Pensando en esto, como responderíamos a estas preguntas?
Fuimos generosos con quienes nos necesitaban?
Fuimos comprensivos con quienes recibían críticas?
Fuimos buenos padres, esposos o esposas, hijos?
Como nos comportamos con nuestros padres?
Alguna vez intentamos luchar contra nuestra vanidad o nuestro orgullo?
Siempre dijimos la verdad?
Fuimos leales?
Justificamos los medios para concretar los fines?
Y Jesús?
La lista puede ser bastante más extensa, pero estas cuestiones reflejan buena parte de lo que fuimos y de lo que somos. Y todavía nos podemos preguntar algo más: Asumimos luego del bautismo que somos nuevos hombres o nuevas mujeres?
Obramos como hijos de Dios? Nos comportamos como coherederos de las promesas del Eterno a su Pueblo? Cuantas veces negamos nuestra solidaridad con Israel?
Es importante que reflexionemos sobre nuestra idea acerca de que la vida nos debe algo. De tanto insistir con este planteamiento, corremos el riesgo de creerlo. No será que en realidad le debemos mucho al Señor…?
Deuteronomio 24:19-22
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira
