BLOG del TIEMPO
Conmemoramos el cumplimiento de la promesa de Jesús antes de su Gloriosa Ascensión, de que seríamos bautizados con el Espíritu Santo.
En el Libro de Hechos de los Apóstoles se nos testimonia de ese grandioso momento en Jerusalén en el aposento alto, en Pentecostés.
Hechos 2:1-6 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua.
Conmemoremos este grandioso cumplimiento de la promesa de Dios, transmitida por el Hijo del Hombre a todos nosotros, en el día de Pentecostés. Anhelemos ser dignos de esta Promesa y de esta Gracia.
Diego Acosta