Cada tanto ocurre algo en el mundo que nos conmueve y que incluso nos entristece. El drama de una persona exitosa se convierte casi en un atractivo morboso para quienes gustan de los detalles más íntimos.
Esto forma parte de la condición humana, del mismo modo que también la tragedia de las vidas desbastadas por las luchas interiores, que recurren a las drogas como solución a sus problemas.
Esta es la dura realidad del mundo, de la que también formamos parte.
Lo importante de estos casos notorios de personas derrotadas por sus problemas interiores, es que nos deberían hacer reflexionar de nuestro papel en la sociedad en que vivimos.
Que hacemos por los demás? Nos preocupamos verdaderamente por sus aflicciones?
En lo personal puedo decir que cada vez que tomo conocimiento de un drama humano con un final doloroso, pienso que en parte de ese drama tengo una responsabilidad directa.
Se puede pensar: Pero como uno va a ser responsable por la muerte de una persona a miles de kilómetros de distancia? Eso es verdad. Pero no es menos verdad que a nuestro alrededor también puede haber ocurrido algo semejante.
Ocurre que el anonimato de la sociedad nos lleva mirar y pensar solamente en los notorios. Pero cuántas personas habrá a nuestro alrededor que están precisando desesperadamente nuestra ayuda?
Si nos entristecemos por la muerte de alguien famoso, está bien que así sea. Pero no dejemos de mirar a nuestro alrededor para ver cuánto necesitado hay, a los que nuestros ojos no miran y a los que ni siquiera con nuestras oraciones alcanzamos.
Isaías 41:6
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira
