Resulta penosamente llamativo como nos surgen dudas con relación a cuestiones que están radicalmente definidas en la Palabra de Dios.
Por esta razón debemos recordar cómo se nos previno acerca de que un día llamaríamos a lo bueno malo y a lo malo bueno. Quizás nunca pensamos que ese momento llegaría, pero creemos que está ante nosotros.
Con el característico eufemismo con el que hablamos, llamamos abandonar un mueble determinado, a quién hace pública ostentación de su pecado. Y peor aún, hace orgullosa ostentación de su condición pecaminosa.
Nuestras dudas comienzan cuando nos planteamos que debemos hacer ante la homosexualidad?
La respuesta categórica nos lleva a tener presente, que Dios odia el pecado y ama al pecador. Dios no acepta el pecado de nadie, pero tiene una actitud de amor en el pecador, buscando su arrepentimiento.
Por lo tanto nuestra actitud está contundentemente definida por el Eterno. Hemos sido creados hombre y mujer, varón y Varona, según la expresión de Adán. Y la única manera de sostener la especie es con la relación entre un hombre y una mujer.
Nadie puede poner en duda lo establecido por Dios!
Hombre y mujer fuimos creados, para asegurar la existencia de la forma superior de vida, de la joya de la Creación que somos los seres pensantes.
Todo lo que se oponga a esta determinación no es otra cosa que pecado y por tanto nuestra actitud debe ser tratar de ayudar al pecador para que se arrepienta y pueda ser perdonado.
Quién hace ostentación de su pecado, desafía la ley de la Creación y por tanto desafía al propio Dios!
Génesis 1:27-28
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira