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Esta rotunda afirmación ha sido expresada por un cantante de fama mundial: Charles Aznavour.
A sus 92 años compromete su prestigio y notoriedad para formular un cargo que afecta a la sociedad que lo tiene por uno de sus grandes.
Es importante reflexionar sobre la cuestión.
Coincidimos totalmente con el enunciado del cantante porque sintetiza una forma de comportamiento, que cada vez parece extenderse más.
El egoísmo es la forma superlativa de la exaltación del hombre, en esa formulación que hemos dado en llamar humanismo.
Razón por la que resulte inaceptable que se pueda argumentar que existe un humanismo-cristiano. El humanismo exalta al hombre por sí mismo y por tanto es absolutamente contrario a lo predicado por Jesús.
De allí que resulte altamente significativo que haya alguien que se haya atrevido a destacar que hemos convertido al egoísmo en una virtud social.
Una aberración propia de nuestro tiempo y que nos debe llamar a pensar en lo que hacemos de nuestra vida y lo que hacemos por la vida de los demás.
Eso es lo que Jesús vino a predicar: Amar al prójimo como a uno mismo!
Diego Acosta