El Apóstol Juan escribió hace alrededor de 1.900 años acerca de lo concerniente al mundo y todo lo relacionado con los cristianos.
Sorprenden estas palabras que producen la impresión que hubieran sido escritas en este día para los hombres y las mujeres de nuestro tiempo.
Esto nos vuelve a revelar la Grandiosidad de la Palabra de Dios, vigente en su perspectiva temporal y maravillosa en su perspectiva docente.
En lo temporal porque a lo largo de muchísimas generaciones ha revelado aquello que está en el corazón del Eterno.
Docente porque sigue enseñando a través de los siglos a propósito de lo que significa ser hijos de Dios y la relación que tenemos con el mundo.
Lo realmente sobrenatural es que siendo hijos del Creador, vivamos en la Tierra y esto es así porque tenemos grandes Propósitos que cumplir.
Uno de ellos es ser Luz, una referencia para quienes viven desorientados, podríamos decir que sin rumbo en medio de los tormentosas aguas del mundo.
Debemos también ser Sal, para reflejar las enseñanzas de Jesús. Y finalmente debemos cumplir con la Gran Comisión.
Por eso y para eso estamos en el mundo, con el hecho sobrenatural de que siendo como somos hijos de Dios, debemos de vivir en la Tierra.
Es necesario que seamos plenamente conscientes de esta realidad, porque si lo hacemos verdaderamente estaremos haciendo parte del Plan de Dios para los hombres.
Demos el valor que tiene a cada minuto de nuestra vida, para servir con diligencia en aquello que nos haya mandado el Señor.
Porque solamente así permaneceremos para siempre!
1 Juan 2:17
Diego Acosta / Neide Ferreira