BLOG del TIEMPO
Ya está en funciones el nuevo presidente de los Estados Unidos de América y no sería un error afirmar, que su nuevo mandato ha provocado gran controversia.
No solo entre quienes forman la opinión pública en todo el mundo, sino también entre quienes nos declaramos hijos de Dios.
Asumiendo la cuestión desde la rigurosa perspectiva espiritual, que es la que deberíamos utilizar siempre, para no depender del pensamiento del mundo, debemos recordar lo que nos enseña la Palabra de Dios.
Leemos en la Carta a los Romanos capítulo 13:1-3:
Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella.
No nos sumemos al debate mundano y asumamos lo que Dios estableció con relación a las autoridades. El tiempo que podríamos dedicar a opinar, lo dediquemos a orar por ellas.
Diego Acosta