Se atribuye esta historia a la madre de un músico, que estaba interpretando una composición muy conocida.
Ella le dijo: Que estás tocando?
Pero acaso no conoces este tema? Son los arreglos que le hacemos para interpretarla.
Si hijo, pero de tantos arreglos, nos estamos olvidando del original!
No deja de ser sorprendente que un diálogo coloquial tenga esta trascendencia, porque efectivamente la madre le reprochaba al hijo dedicarse tanto a los arreglos, olvidando la calidad del original.
Si aplicamos esta historia a nuestra vida de creyentes, tal vez nos sorprenderíamos por las veces en que nos apartamos de la Biblia y nos dedicamos a las interpretaciones que algunas personas hacen de su contenido.
Siendo como es el original, la Palabra de Dios!
Pareciera que nos atraen más las conclusiones de otras personas, que lo que mismo Creador nos habla a través de su maravilloso mensaje.
Un amigo me reprochaba la radicalidad que encierra esta historia, argumentando que era bueno escuchar lo que otras personas decían.
Y desde luego que lo es, pero nunca abandonando la fuente principal de Sabiduría que es la Biblia!
Muchas de las teologías que hoy corrompen y dañan la Iglesia de Cristo, se originan en erróneas interpretaciones del original, como diría la madre del músico.
Debemos de tener especial cuidado con estas desviaciones, porque terminan afectando seriamente a las personas que se están iniciando en el conocimiento de la Palabra de Dios.
Nunca un mensajero será más importante que el mensaje, del mismo modo que nunca una interpretación humana será más importante que el mensaje original del Señor.
Hebreos 1:1
Diego Acosta / Neide Ferreira