Las cuestiones personales son buenas para explicar algunas situaciones y también para poner en evidencia, como son de errados mis comportamientos.
Desde hace algunos años venía sugiriendo-pidiendo que mis más cercanos afectos, me regalaran un nuevo reloj, pero sin lograr ningún resultado.
El argumento era tan sólido como irrebatible: El que tengo a pesar de tener más de diez años de uso, funciona admirablemente bien.
A pesar de su poco valor, su calidad es asombrosa. Así que a pesar de mi insistencia, no obtuve ninguna respuesta, ni siquiera para el tiempo de mis aniversarios.
Llegué a pensar que no era el Propósito del Señor, que tuviera un reloj nuevo como anhelaba y poco a poco fui descartando la idea.
Pero cuando entregué esta cuestión ante la Soberanía de Dios, ocurrió un milagro: Un día, sin venir a cuento de nada, un amigo me dijo que me entregaba el reloj que estaba usando.
Me negué rotundamente y le me contestó: Me lo debes aceptar, porque anoche el Señor me dijo que te lo entregara. Finalmente lo acepté porque creí totalmente en esa afirmación.
Ahora me queda agradecer a Dios y a su instrumento por el regalo. Y también pedir perdón por la insistencia por tener algo que solamente estaría en mis manos, por una Gracia del Eterno.
Mateo 6:26
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en
graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta.
¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
Mateus 6:26
Olhai para as aves do céu, que não semeiam, nem segam, nem
ajuntam em celeiros; e vosso Pai celestial as alimenta.
Não tendes vós muito mais valor do que elas?
Diego Acosta / Neide Ferreira