La grandilocuencia no es propia de la Biblia!
No es necesario exponer grandes argumentos, cuando se está hablando de las cosas relacionadas con Dios y sus Mandamientos.
Este concepto lo sintetiza magistralmente el autor de Eclesiastés, cuando nos formula una advertencia fundamental: Cuál es el principio de todo con relación al Eterno.
Si sabemos esto, podremos afrontar el Juicio con la serenidad de quién no es perfecto, pero ha buscado con pasión la perfección.
Temer a Dios es el principio de toda Sabiduría y ser fieles a lo que nos ha mandado, son las cuestiones básicas sobre las que se fundamenta nuestra vida cotidiana, en medio de los problemas o en la alegría.
Salomón, que se identifica como el Predicador, nos alienta y exhorta a vivir de acuerdo con un principio que nos hará caminar por el Camino, sin desviarnos a derecha ni a izquierda.
Tendremos tropiezos, caídas, sobresaltos y también angustias, pero siempre contaremos con la Misericordia del Señor que estará con nosotros hasta el final.
Eclesiastés 12:13-14
ES – El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.
Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.
PT – De tudo o que se tem ouvido, o fim é: Teme a Deus e guarda os seus mandamentos; porque este é o dever de todo homem.
Porque Deus há de trazer a juízo toda obra e até tudo o que está encoberto, quer seja bom, quer seja mau.
Diego Acosta / Neide Ferreira