EL VIENTO

DEVOCIONAL

En su diálogo con Nicodemo, Jesús habló con relación a las cosas materiales y a las espirituales. Y nos dejó la idea de que quienes no entienden las cuestiones espirituales, de la carne son y pertenecen al mundo material y por tanto no pueden entrar en el Reino de Dios.

Y también habló del viento al que no vemos pero sí percibimos, sin saber de donde viene y ni a donde va, utilizando un ejemplo eficaz para quienes sabían griego, porque viento es similar a Espíritu en ese idioma.

Los que sí hemos nacido de nuevo, sabemos que a veces el Espíritu es como una suave brisa que mece las copas de los árboles y en otras, es como un viento recio que las agita y las hace estremecer provocando el ruido tan especial que se produce.

Cuando percibo que hay viento, me acuerdo de Jesús y del judío Nicodemo, porque muchas veces el Espíritu me ha hablado con un susurro casi inaudible y en otras, me ha estremecido con la fuerza de su intensidad.

Suave o recio, siempre me es bueno percibir la acción del Espíritu en mi vida!

Juan 3:8
El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido;
mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va;
así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

Diego Acosta / Neide Ferreira