Pablo fue quién aclaró algunos de los misterios relacionados con Jesús, poniendo de manifiesto la Grandiosidad del significado del ministerio terrenal del Hijo del Hombre.
Esta impresionante revelación del Apóstol nos debe llevar a pensar quienes son los profetas y cuando obran en condición de tales.
Pablo fue profeta porque reveló una Verdad desconocida, por lo que todos debemos estar pendientes de las revelaciones que el Espíritu pueda darnos.
De allí la importancia de ENTENDER que es lo que se revela para que pueda ser aplicado correctamente y sobre todo comprendido en su verdadera dimensión.
El Misterio del que habló Pablo está relacionado con que en la Iglesia de Cristo, no habría distinciones espirituales y tampoco sociales o raciales.
Esto significa que tanto judíos como nuevos creyentes, a partir de Pentecostés, todos somos uno en el marco de la Iglesia de Jesús.
Entender esto nos llevará a aplicar esta revelación en toda su extensión, por cuánto hombres y mujeres de cualquier condición, seremos parte de la familia eclesial, con el único requisito de reconocer a Jesús como Señor y Salvador.
En otras palabras: No somos los hombres los que determinamos quienes pueden formar parte de la Iglesia de Cristo, sino que ÉL mismo lo ha hecho con su Multiforme Sabiduría.
Pablo nos enseñó a ENTENDER lo que significan algunas revelaciones, para que podamos a su vez ser eficaces en transmitir el mensaje de Salvación.
La Iglesia de Cristo no precisa de grandes hombres, sino de hombres y mujeres capaces de cumplir con el mandato de la Gran Comisión.
La Iglesia de Cristo, es una visión de Su dominio sobre el Universo!
Efesios 3:3-5
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira