CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO
Que es exactamente una revelación?
Podría concluirse que es un anuncio personal que cuando llega a otros se transforma en una profecía, que permite elevar el nivel de relación con el Eterno.
En ese sentido me ha conmovido una revelación que fue confiada, acerca de la necesidad de comprender, como es nuestro vínculo con Dios.
Podríamos imaginar una colosal esfera en las regiones celestes donde se encuentra el Poder y la Soberanía del Padre y a su lado nuestra pequeña esfera, moviéndose en paralelo con acercamientos mayores y menores.
Que significa esto?
Sencillamente que nuestra vida y su control, lo mantenemos bajo el rigor de todo aquello que consideramos importante y bueno, imaginando así un futuro en el que podemos decidir libremente.
Esta es la que podemos llamar la dimensión humana y podríamos agregar, la de la pequeñez de nuestra especie, que nos obliga a pensar y resolver de acuerdo con esas magnitudes.
Esta diminuta y soberbia esfera que hemos creado es muy parecida a la que las personas del mundo tienen para sus vidas, alejadas o enfrentadas a Dios, viviendo en esa engañosa libertad de obrar sin ninguna clase de normas o para decirlo más claramente: haciendo lo que se le da la gana.
Fue así como algunos pensadores le dieron contenido a una manifestación filosófica totalmente orientada a negar la existencia de un Creador.
Con estos pensamientos tuvo cabida también la supuesta teoría de la evolución, que a pesar del tiempo transcurrido se mantiene en ese impreciso nivel de teoría, ya que nada de lo que propone es comprobable a lo que Dios creó con su Palabra.
La diminuta burbuja en la que vivo, es pretenciosa y tan poco realista, que se parece mucho a algunos cuentos de hadas en el que algunas personas pretenden vivir o peor aún, sobrevivir.
Cuando me fue confiada la revelación de que debo abandonar mi esfera y entrar con humildad y sin límites de ideas o pensamientos, a la esfera Grandiosa donde el Creador ejerce su Poder Todopoderoso, comprendí que debo dar un paso trascendental, para que cada cosa que haga sea fruto de su Voluntad y para que sea elocuente testimonio de mi fe.
Diego Acosta / Neide Ferreira