ANTIVIRUS
Algunos recientes y escandalosos episodios relacionados con el liderazgo de iglesias evangélicas, actualizan una cuestión sobre la que es necesario insistir.
Nadie ha proclamado que las iglesias evangélicas sean perfectas, con líderes perfectos y con congregaciones perfectas. Hacerlo es una necedad total.
Simplemente se debe afirmar que las iglesias están formadas por hombres con todo lo bueno y con todo lo malo que eso significa.
Lo que es evidente, que en ningún caso ni por ninguna razón se debe mezclar a Dios con la valoración de las iglesias. El Eterno es la perfección y ÉL ha proclamado que se glorifica en la debilidad de los hombres.
Por tanto el argumento de que siendo imperfecta la iglesia, afecta también a la Majestad del Creador, además de equivocado es profundamente temerario y perverso.
Con serenidad y firmeza, asumimos los errores de algunos líderes, del mismo modo que asumimos los errores de la sociedad en la que vivimos.
Solo que con este gesto, proclamamos la infinita Perfección de Dios!
Diego Acosta