BLOG del TIEMPO
La muerte del último presidente de la Unión Soviética, actualiza desde otra perspectiva una cuestión sobre la que es necesario obrar con el mayor rigor.
Muchos recordarán como desde diversos círculos religiosos se afirmaba que este dirigente era el anticristo, con el argumento de que tenía una mancha de nacimiento en su frente.
Una afirmación que acompañó durante años, a un hombre que ocupó un lugar relevante en los años finales del último siglo y al que se acusó frívolamente de ser alguien que tiene un sentido completamente diferente.
Los falsos profetas sobre los que nos enseñó Jesús y nos advirtió sobre sus hechos, fueron los autores de algo que si lo olvidamos no nos servirá como lección para el futuro.
Teniendo como tenemos la plena certeza de que estamos viviendo el comienzo de los tiempos finales anunciados por el Hijo del Hombre, debemos obrar con la máxima cautela para no caer en los engaños y errores de quienes se aprovechan de las circunstancias.
Diego Acosta