FARISEO…?

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Alguna vez leyendo sobre los fariseos, no pude menos que imaginarme una escena, donde en otro tiempo y con otro decorado, los hombres de hoy hacemos lo mismo que los de ayer.

Puede decirse que nada ha cambiado, que todo sigue igual como nos dice el sabio Eclesiastés.

En base a este sencillo ejercicio de imaginación, comprobé una vez la absoluta vigencia que tiene la Palabra de Dios.

Fue la Verdad y lo sigue siendo!

Sin límites ni condicionantes de tiempo!

Así es como volviendo sobre la idea de los fariseos, pensé en mi congregación y se me ocurrió contar cuántos fariseos había.

Lo más sorprendente de todo fue que me encontré encabezando la lista de quienes hacemos algo en público  y procedemos de muy distinta manera en privado.

Un simple ayuno lo transformamos en una auténtica condena al hambre, cuando solamente se nos ha pedido que lo practiquemos un solo día.

Estas conductas son tremendamente peligrosas para las congregaciones, pero llegando al fondo de la cuestión, son peores para quienes las utilizan como norma de vida.

Todo puede marchar más o menos bien, hasta que un día nos encontramos con una situación verdaderamente difícil y entonces no sabremos como obrar.

Buscaremos al Señor pero no lo encontraremos!

Lo buscaremos y se nos habrá perdido en nuestra maraña de disimulos, semi verdades y engaños!

Entonces nos daremos cuenta de la tremenda realidad que atacaba Jesús, cuando se oponía con tanta energía a los fariseos.

Con temor y temblor, recupero mi tiempo presente, para iniciar una nueva forma de vida. Bien alejada del fariseísmo!

Mateo 23:13

Mas !!ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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