Mientras preparaban el comedor para niños con problemas de familia que visitarían la iglesia a la hora del almuerzo, conversaban la encargada del ministerio y una joven discípula.

Ésta le contaba a su maestra los problemas familiares que tenía y la tristeza que le causaban. A pesar de ello, había decidido cumplir con su compromiso de trabajo con los niños.

La maestra le respondió que había hecho lo mejor porque había recibido cariño, comprensión y lo que era más importante habían orado por ella con mucho amor.

A medida que avanzaban con la tarea de acondicionar el lugar para los niños, la conversación fue evolucionando hacia la profundización del tema principal.

La discípula preguntó: Hoy que estoy especialmente apenada me cuesta mucho comprender como se puede estar triste y a la vez con gozo en el corazón, me parece que no es posible.

Piensa en lo que estamos haciendo: Este trabajo no tiene testigos y por tanto los padres nunca sabrán quienes arreglaron el comedor para sus hijos ni quienes les prepararon la comida.

Solamente sabrán que alguien limpió y que alguien cocinó, pero nada más. Esto es lo que verdaderamente significa Servir. A quién hemos servido? Al Señor, a través de los niños.

Por eso se puede estar muy triste como estás tú en este día, pero a la vez con gozo en el corazón por ser fiel a Jesús. La joven sonrió afirmando: Es verdad, ahora que lo dice, sigo triste pero tengo el gozo del Señor!

Santiago 1:2

Devocional: Diego Acosta
Música: Neide Ferreira
www.septimomilenio.com
Edición: Davi Blumenthal
PactoNuevo – http://www.pactonuevo.org

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