Estamos en guerra!
Esta rotunda afirmación puede sorprender porque tendríamos que pensar a que conflicto se está refiriendo, porque donde nosotros vivimos no estamos en guerra. Problemas sí que hay, pero guerra…
Sin embargo si profundizamos en la afirmación podríamos llegar a pensar que efectivamente…estamos en guerra. Quienes contra quienes? Los santos contra los impíos? Los débiles contra los poderosos? Los pobres contra los ricos?
Si éstas no son las guerras de las que hablamos, cuál es la guerra en que tenemos? Probablemente en nuestra guerra personal, entre el hombre nuevo y el hombre viejo, entre la mujer nueva y la mujer vieja.
Estamos en guerra contra nuestro pasado que no termina de aceptar que su tiempo ha terminado, que forma parte de nuestra historia personal, pero que no tiene ninguna influencia sobre nuestra vida.
Estamos en guerra contra nuestros hábitos, nuestras costumbres, nuestros gustos y nuestros pensamientos antiguos. Esa es una de nuestras guerras. Y es un conflicto que no podemos eludir. Al contrario, lo debemos enfrentar.
Estamos en guerra contra nuestros modos de pensar, de razonar, de emitir opiniones, de juzgar, de reprobar. Estamos en guerra contra nuestra propia vanidad, nuestro orgullo y nuestra soberbia, que nos hacen sentir superiores.
Estamos en guerra!
No pensemos que estamos solos en el conflicto. No pensemos que estamos desarmados. Nos acompaña Jesús con su Poder y tenemos el arma más tremenda que se ha concebido: La Oración!
No temamos esta guerra, venceremos si somos fieles al Señor!
Santiago 4:1-2
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira