Que diríamos si se nos preguntara que somos: Habladores o Hacedores de la Palabra?
Una pregunta directa debe tener respuesta categórica. En mi caso diría: habladores!
Y por qué respondemos de esta manera?
Porque sin darnos cuenta estamos obrando cada vez más como los fariseos.
Oramos para que se nos vea piadosos.
Ayunamos para que se nos considere casi santos.
Predicamos para que se nos valore exitosos.
Es decir, hacemos todo para que nos vean los hombres y muy poco, para que solamente nos vea Dios.
Buscamos la honra que nos conceden los iguales a nosotros y no la Honra verdadera, la que solamente concede el Eterno.
Y que consecuencias tienen estas actitudes?
Una nefasta: Que los recién iniciados en el camino de la fe, pueden confundirse tremendamente porque no verán en nuestras obras cosas muy diferentes que las que hayan visto en el mundo.
Siempre hubo y siempre habrá quién precisa hacerse notar, ser alguien, ser distinguido, ser homenajeado,
ser considerado un personaje.
De allí la importancia de nuestros comportamientos, para no ser piedra de tropiezo para nadie, para que quienes están dando los primeros pasos en pos de Jesús, entiendan que cada uno tendrá su paga.
Los fariseos la tuvieron y la seguirán teniendo: En sus obras está la recompensa, solamente cosa de hombres. Y habrá quienes recibirán el presente de la Vida Eterna.
Es por eso que todos los días intento dejar de ser un hablador de la Palabra, para ser un Hacedor!
Y hacedor significa, que con mis hechos debo ser más elocuente que con lo que sale de mi boca!
Mateus 23:13 – Mas ai de vós, escribas e fariseus, hipócritas! Pois que fechais aos homens o Reino dos céus; e nem vós entrais, nem deixais entrar aos que estão entrando.
Mateo 23:13 – Mas !!ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.
Diego Acosta / Neide Ferreira