CONSIGNA: SER PRUDENTES Y ESCUDRIÑAR
DEVOCIONAL
Alguien me comentó una vez que hablar era un arte…que se iba perdiendo a pesar de que estamos cada vez más comunicados.
De esto hace muchos años y me sigue sorprendiendo como tiene vigencia ese concepto relacionado con el arte de hablar. Será porque vamos perdiendo la capacidad de escucharnos?
Esencialmente lo que mi amigo comentó era de la necesidad que tenemos los humanos de relacionarnos para comentar las experiencias personales, única forma de conocernos y de fortalecer la relación.
Si hablamos y no escuchamos, difícilmente podamos saber que piensa, que tiene en su corazón nuestro interlocutor. Por frío y distante que parezca este argumento, debe hacernos reflexionar sobre esta necesidad.
Si pensamos que Jesús nos mandó Amar al prójimo…como podríamos tener Misericordia por quién no conocemos?
Cada tanto recupero la cuestión de la relación personal, que es algo mucho más profundo que el encuentro casual o los saludos formales. Mi prójimo puede estar necesitado de mi atención y por no hablar, nunca lo sabré.
Éxodo 14:11-12
Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre?
¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego?
¿No soy yo Jehová?
Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca,
y te enseñaré lo que hayas de hablar.
Êxodo 14:11-12
E disse-lhe o Senhor: Quem fez a boca do homem?
Ou quem fez o mudo, ou o surdo, ou o que vê, ou o cego?
Não sou eu, o Senhor?
Vai, pois, agora, e eu serei com a tua boca
e te ensinarei o que hás de falar.
Diego Acosta / Neide Ferreira