27 de julio 587 a.C. INCENDIO DEL TEMPLO DE JERUSALÉN, DE LA CIUDAD Y SU MURALLA
Bajo el reinado de Nabucodonosor, el capitán de la guardia Nabuzaradán, cumplió la orden de destruir no solo el Templo de la Ciudad Santa, sino también las viviendas de los judíos.
También fueron derribados tramos de la Muralla que rodeaba la Ciudad de David. Una numerosa cantidad de judíos fueron llevados cautivos a Babilonia, quedando en la ciudad y sus alrededores quienes trabajarían la tierra y las viñas.
Además fueron llevados a Babilonia diversos objetos de gran valor simbólico y material que estaban en el interior del Templo.
Diego Acosta