ANTIVIRUS
Una vez más fue necesario hacer un cambio horario, basado en una indefendible teoría de un supuesto ahorro energético.
Los hombres una vez más decidieron ser más eficaces que el propio Creador y por tanto, mantuvieron la decisión de modificar dos veces al año los husos horarios.
En estos tiempos prácticamente nadie se atreve a defender la necesidad y sobre todo la certeza, de que estas modificaciones sirvan para solucionar el problema del ahorro de energía.
La cuestión surgida por la crisis del año 1974, tuvo como respuesta política el cambio horario, que antes y ahora, sigue sin quedar absolutamente demostrado como paliativo correcto de la situación.
Como tantas veces ha sido dicho, es necesario abandonar esta práctica que ocasiona más dificultades, que las que pretende solucionar.
En definitiva: Que los hombres dejemos de ser tan orgullosos y abandonemos la soberbia pretensión, de corregir a Dios.
Diego Acosta