INDIGNO…?

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Quién determina la condición de indigno?

Es arbitrio de los hombres resolver sobre una cuestión tan importante?

Según como son nuestros pensamientos, podríamos responder afirmativamente. Los hombres muchas veces decidimos lo que es correcto y lo que no lo es.

Con un criterio absolutamente personal, sin entrar en más consideraciones, que lo que nuestra mente determina para cada situación.

Un ejemplo: Participar o no en la Santa Cena?

Hay quienes lo hacen y hay quienes no.

Por qué razones?

Unos porque creen que pueden hacerlo, conforme a lo que guardan en su corazón. A la sinceridad de sus propósitos.

Otros, hacen lo contrario. Se consideran indignos y por lo tanto no participan. Y es en este caso, donde debemos centrarnos.

Yo me puedo considerar indigno de participar de la Santa Cena?

Lo puedo hacer, pero estoy violentando un principio fundamental: Acaso no murió Jesús por mis pecados?

Acaso no fui perdonado en el Sacrificio Supremo?

Entonces por qué desdeño la legitimidad de ese hecho Grandioso, a mi propia vida?

Es que soy tan importante que mis pecados no pueden ser perdonados por nadie, salvo por mí mismo?

Puede que alguien piense que es una exageración este pensamiento. Pero es absolutamente real. Si he pecado y me he arrepentido, he sido perdonado. Entonces, por qué me considero indigno?

El día que escuché esta auténtica revelación me quedé pensando en cuantos errores he cometido en mi vida de cristiano.

Cuántos!

Pero es necesario reflexionar sobre lo que hemos hecho bien y sobre lo que han sido grandes errores. El Sacrificio de la Cruz es tan Poderoso, que está por encima de cualquier pecado que hayamos cometido y que hayamos declarado.

Juan 3:36

Diego Acosta / Neide Ferreira

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