JÓVENES

Hay un tiempo en la vida de los humanos que tiene características muy singulares. Es muy difícil precisar cuando comienza y lo es más para determinar cuando finaliza.

Es sin embargo un tiempo al que concedemos distinta importancia, según las circunstancias. Si, por ejemplo, deseamos justificar una acción, nos basta con decir…son jóvenes.

En esa afirmación incluimos una serie de valores sobre entendidos, tales como irreflexivos, impulsivos y hasta descabellados. En este caso obramos con la prepotente autoridad de que estamos en lo cierto, siempre.

Si nos propusiéramos censurar una determinada acción, diríamos…estos jovenes. La crítica es por demás evidente y los estamos colocando en el nivel de que nunca saben lo que hacen.

Si en cambio pensamos que podrían ser de utilidad para realizar un trabajo esforzado, diríamos…tenemos los jóvenes. Como si además de miembros de la congregación, fueran nuestros sirvientes.

Cuando deseamos expresar nuestra sorpresa ante algo que no entendemos, usamos…ah, los jóvenes. Y de esta manera evitamos poner de manifiesto que no sabemos interpretar lo que ha sucedido.

Es tan extensa la lista de preconceptos que tenemos sobre los jóvenes, que siempre quedarán situaciones no detalladas. Pero podemos tener la certeza, que si nos esmeráramos, seguramente acabaría por aparecer alguna nueva.

La realidad en cambio puede ser mucho más diferente. Enseñaremos prudencia, siendo prudentes. Responsabilidad, siendo responsables. Solidaridad, siendo solidarios. Obediencia, siendo obedientes. Serviciales, sirviendo al Señor!

Proverbios 1:3-4
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira

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