La traición ha sido y tristemente seguirá siendo, una de las mayores vilezas de la especie humana. Ha sido y seguirá siendo la manifestación de lo que puede esconder el corazón de los hombres.
Este es el motivo por el que estamos advertidos para que no confiemos en hombre alguno, porque todos podemos ser capaces de traicionar la confianza de quienes creen en nosotros. Esta es la cruda realidad de la que nos habla la Biblia.
Por esta razón la traición de Judas Iscariote tiene una especial relevancia, puesto que no solo traicionó sino que además recibió una paga por hacerlo. Doblemente gravoso el hecho, porque su actitud no solo fue producto de sentimientos, sino de su avaricia.
Jesús, lo eligió como uno de los suyos, aún sabiendo quién sería el que lo iba a entregar a la muerte anunciada por Él mismo. Era el traidor y era el hombre a través del cual se cumplirían todas las profecías y el Plan de Dios.
Ante la previsible traición debemos obrar con Sabiduría, sabiendo que cuando depositamos la confianza en algún hombre estamos asumiendo el riesgo que nos revelan las enseñanzas.
Todos los hombres podríamos ser traidores?
Es imposible contestar directamente esta pregunta, pero si reflexionamos y comenzando por nosotros mismos, podemos pensar que sí, que podemos ser traidores. Por tanto obremos según nos mande el Espíritu y controlemos nuestras decisiones.
Marcos 14:10
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira