En la Biblia se formulan advertencias sobre los jueces y en los tiempos que vivimos, parecen haberse acrecentado las críticas contra las decisiones de quienes son los responsables de aplicar las leyes.
En algunos países más y en otros menos, las críticas están dirigidas contra los hombres que tienen la alta misión de interpretar las decisiones de los legisladores.
Por qué son tan criticados los jueces?
Porque evidentemente existe la presunción generalizada que muchas de sus decisiones no son ajustadas a derecho.
En el Libro de Deuteronomio se hace especial mención a la labor de los hombres que fueron elegidos para impartir justicia.
Queda en evidencia que estamos frente a dos niveles de Justicia. La que legislan e imparten los hombres, que siempre será perfectible.
Y la verdadera Justicia, la del Eterno!
Reclamar fallos perfectos es imposible, porque ni las leyes que se sancionan lo son, como así tampoco los hombres que las aplican.
En Deuteronomio se hace un severo llamado a que los jueces no reciban sobornos, porque impiden que se pronuncien con equidad ante las partes de un litigio.
Esto era vigente hace cientos y cientos de años y lo es en nuestro tiempo. Solamente que debemos reparar en una cuestión que muchas veces no tomamos en cuenta.
Es tan grave que un juez acepte soborno, como la actitud de quién se lo ofrece. Porque para que se consuma el soborno, indefectiblemente debe haber dos partes: El sobornado y el sobornador.
Oremos por los jueces! Oremos para que se puedan librar de las acechanzas de otros hombres, que buscan pervertir la justicia humana.
Deuteronomio 16:19
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira