JUEGO

ANTIVIRUS

En una atractiva muestra de lo que significaba intervenir en casinos virtuales, se hacía una apología tan sutil como perversa del juego.

La idea que se generaba era la de que los casinos virtuales contribuían a la posibilidad de jugar y que eran un aporte a las posibilidades que tenían las personas de divertirse.

Obviamente no se aludía a la posibilidad de apostar y mucho menos a la de perder lo apostado. Solo se generaba la idea de participar de un juego cada vez más visualmente atractivo y cada vez más sencillo de utilizar.

La perversa insinuación al juego llegaba al extremo de mostrar cómo habían avanzado en su presentación y la diversidad de oferta que existía.

En otras palabras: Se exaltaba al pecado y no se lo mencionaba, ni siquiera se lo sugería, solamente la tentación de practicarlo, sin mostrar sus consecuencias ni tampoco todo lo que estaba relacionado con el dinero.

Una nueva trampa, peligrosa y seductora que se nos ofrece, bajo la perspectiva del progreso virtual y que nos puede encadenar al vicio y también al dinero, por ganarlo o por perderlo.

Diego Acosta

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