Blog del TIEMPO
La muerte de algunas personas notorias, como Kirk Douglas, casi siempre genera una enorme cantidad de comentarios, que tienden a engrandecer lo bueno y a atemperar lo malo de cada vida.
En el caso de este descendiente de judíos de la actual Bielorrusia, se dan todas las circunstancias para poder afirmar que fue un personaje de éxito y un conquistador entre las mujeres. Un hombre, en definitiva.
Pero sin duda lo que destacamos de sus 103 años fue su compromiso en la práctica de sus convicciones, que lo llevaron a enfrentar tiempos difíciles en Estados Unidos, como consecuencia de las proscripciones ideológicas.
Dos de sus películas revelan su falta de hipocresía frente al ambiente político y su compromiso para defender a los marginados. Son ellas Senderos de Gloria y Espartaco.
En una se denuncian las ejecuciones de soldados franceses por abandonar las trincheras en la Primera Guerra Mundial y en la otra se recuerda al esclavo que enfrentó al imperio romano.
Hacer Memoria de quién no obró con hipocresía, es una forma de homenajear a los hombres que pese a todo, luchan por sus creencias.
Diego Acosta